A las nueve de la mañana de ayer comenzó en la parroquia de San Roque la peregrinación de los romeros hasta la ermita de San Marcos, el patrón local de los campos. A lo largo de toda la procesión, unas 3.000 personas recorrieron a pie los más de cuatro kilómetros que separan el templo del santo de la localidad.

Los años de tradición se han convertido en una de las romerías con más apego de la región. No en vano, existen documentos que fechan los primeros actos religiosos en honor al santo en 1557, año en el que ya existía una ermita de San Marcos, según el historiador Francisco Zarandieta.

PROCESION

Durante las casi tres horas de procesión, el grupo folclórico Tierra de Barros amenizó el paseo con canciones populares. Un centenar de alumnos de las escuelas del conjunto recorrieron los cuatro kilómetros de procesión en dos remolques y más tarde, ya en la ermita, ofrecieron una pequeña actuación.

Antes de llegar a la ermita, también los adultos del conjunto folclórico bailaron cerca del paraje conocido como Los Olivos.

La procesión contó con la colaboración de la asociación de amas de casa y con la aportación de las concejalías de Agricultura y Festejos que repartieron 500 varas de peregrinos y 500 sombreros de paja.

A las doce del mediodía, el santo y los romeros llegaban a la ermita entre una gran multitud que esperaba al patrón de los campos. El hermano mayor de la Cofradía de San Marcos, José González, reconoció: "No tengo palabras para explicar la emoción que siento al ver llegar a San Marcos a su ermita y observar el recibimiento de la gente. Agradezco de verdad estas muestras de apoyo al trabajo que realiza la Hermandad. Es un éxito de todo el pueblo".

MISA CANTADA

Tras esa llegada, comenzó la tradicional misa. Este año la novedad ha sido que esta celebración religiosa fue típicamente extremeña y cantada por Tierra de Barros. Una vez finalizada la misa, comenzó la otra romería, la de la convivencia y la fiesta. Según datos de la organización, unas 15.000 personas se dieron cita en los campos limítrofes al templo de San Marcos.

Durante todo el día, los platos típicos no faltaron en ninguna de las carpas improvisadas ni en las casetas situadas en unos aledaños de la ermita que de nuevo se quedarron pequeños. El alcalde José María Ramírez, reconoció que "el ayuntamiento debe trabajar en serio para adquirir terrenos en las traseras del templo. Hay que lograr ampliar los espacios de San Marcos para próximas romerías".