Unos 400 cerdos serán sacrificados en los próximos meses en las tradicionales matanzas domiciliarias. Las mismas han comenzado a realizarse en los primeros días de noviembre. Desde el consistorio se hace público cada año un bando en el que se pide a los dueños de los animales que soliciten el correspondiente permiso en estadística para que los veterinarios municipales puedan examinar las carnes y evitar que se produzcan problemas sanitarios.

Lo cierto es que cada día son menos las familias que proceden a realizar las típicas matanzas domiciliarias. El no poder tener los animales dentro del casco urbano y las nuevas modas en la alimentación hace que el número de sacrificios disminuya con el paso de los años. En la localidad, en las últimas campañas la cifra ha tendido a estabilizarse en unos 400 sacrificios.

FIESTA FAMIMLIAR Tradicionalmente la matanza ha sido una fiesta familiar, en la que todos los miembros, grandes y pequeños, colaboraban en las tareas que se realizan en el transcurso de la misma. Desde muy temprano se comienza con los preparativos para proceder al sacrificio de los animales, labor que es realizada por el matarife. Después la matancera será la responsable de aliñar los distintos embutidos para proceder al llenado de los mismo para colgar y esperar las primeras heladas.