En la vida, las personas inteligentes no suelen ser indiferentes a los demás. Al ministro socialista José Blanco ,Pepe para los amigos, le ocurre algo parecido. A veces parece tener genialidades dalinianas, o cosas de peón caminero, como lo era su padre. Evidencia un don de la oportunidad propio de la escuela guerrista. Blanco , creyente y católico sin ocultarlo, a esa casta especial soezmente privilegiada que son los controladores aéreos le ha cogido bien la medida, como antaño hiciese su madre, modista en su pueblo. Que estos avaros, con chantajes y haciendo rehenes a los pasajeros de aerolíneas, cobren, el que menos, 340.000 anuales, trabajando 25 horas semanales y jubilándose a los 52 años, pretendan ganar aún más, mientras familias enteras están en paro, no tienen para comer y con sus casas embargadas o subastadas por impagos, es un grosero desvarío, tamaño como el que su jefe, el presidente de AENA cobre 3,4 millones de euros. A estos desvergonzados de altos vuelos, la pulso- chulería al ministro les ha salido mal, muy mal: trabajarán más y cobraran bastante menos y aún así, seguirán con sueldos más elevados que el del Presidente del Gobierno. José Blanco , con fino olfato e inteligencia y secundándolo España entera, ha dicho con puñetazo en la mesa incluido, lo mismo que el Papa Pio XI en 1929 le dijo al dictador Benito Mussolini durante la negociación financiera de los Pactos Lateralenses :"Hasta aquí hemos llegado, de aquí, no paso" . Blanco nos recuerda que está ahí, como hacen las cigüeñas con su crotoreo. José Blanco , lo aprendió de su digna y santa madre, modista: servía igual para un roto, que para un descosido .