Hace algo menos de dos años que se conocieron. Y apenas un año y dos meses que se dieron el ‘sí quiero’. Ahora, la relación entre ambos, es cada vez más estrecha y armónica, pese a la distancia. No hablamos de una relación habitual, sino del hermanamiento entre las localidades de Almendralejo y Ceprano, formalizado de manera oficial en julio de 2017 y que, durante la presente semana, ha vivido otro capítulo importante para muchos vecinos de uno y otro municipio. Por primera vez desde que son localidades hermanadas, un grupo de italianos de Ceprano han visitado oficialmente la capital de Tierra de Barros. Lo han hecho durante tres intensos días en los que han conocido los lugares más emblemáticos de la ciudad, las conectividades entre ambos municipios y el carácter afable y hospitalario del almendralejense.

25 alumnos y tres profesores del único centro educativo de Ceprano han formado parte de la expedición italiana en Almendralejo, además de la concejal de Cultura y Educación de Ceprano, Ana Letizia Celani. «Han conocido mucho de la historia y de la gente de Almendralejo. Le hemos diseñado una agenda muy cargada de actividades. Casi excesiva, diría yo», confesaba Juan Luis Ortiz, director del colegio Montero de Espinosa y uno de los organizadores del intercambio. Cabe recordar que este intercambio educativo ya vivió su primera parte el pasado mayo cuando varios profesores y 43 alumnos disfrutaron de varios días en Ceprano.

El alcalde, José García Lobato, dio la bienvenida a los vecinos de Ceprano con un singular acto en el teatro Carolina Coronado donde ya se divirtieron con música y bailes propios de grupos de la localidad.

Durante su estancia, se han programado visitas al Museo de las Ciencias del Vino, para conocer la importancia de la vendimia en la tierra; al yacimiento arqueológico de Huerta Montero, conociendo que Ceprano también cuenta con un pasado arqueológico importante; o a la Torre de Los Almendros, entre otros lugares.

También se han realizado excursiones a varios puntos de la región, aunque la más destacada ha sido la visita a Cáceres para ver toda la parte monumental de la capital cacereña, el Palacio de la Diputación o la Plaza Mayor. «Hemos querido que se llevaran una imagen lo más real y positiva posible de nuestra tierra, de cómo somos y de cuál es nuestro entorno», decía Juan Luis.

Han sido alumnos de entre 10 y 14 años los que han estado durante tres noches en Almendralejo. Se han hospedado en viviendas y casas de vecinos particulares de la localidad, tal y como ocurrió en mayo cuando Almendralejo visitó Ceprano. «Ellos tuvieron ahí casi más mérito, ya que Ceprano tiene 9.000 habitantes y nosotros éramos casi 50 personas. Incluso nos hospedamos en casas de vecinos italianos que no participaban del intercambio. Fue un trato exquisito».

Ha habido tiempo de risas, convivencia, intercambio cultural e idiomático y hasta de jugar un partido de fútbol en el césped del polideportivo municipal, aprovechando la importancia que tiene este deporte tanto en España como en Italia.

Los organizadores del encuentro anuncian que este tipo de intercambios tratarán de ser frecuentes en el tiempo, al menos dos al año: uno en Almendralejo y otro en Ceprano. La conexión entre los vecinos de ambas localidades, desde el principio, ha sido muy fuerte.

Como anécdota, Pasquale Ramieri, un estudiante natural de Ceprano, será el primero en quedarse más tiempo en Almendralejo con una beca Erasmus para hacer sus prácticas de fin de Grado en la empresa local Viñaoliva.

Ceprano y Almendralejo vuelven a estrechar lazos gracias a un hermanamiento que está sirviendo para romper barreras en Europa.