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Almendralejo

Pura fantasía y originalidad

‘Los desnacidos’, del escritor Francisco José Martín Torres, se alza con el premio Carolina Coronado con una historia parecida a la vivida con la pandemia e inspirada en la enfermedad de su padre, el alzhéimer.

Francisco José Martín Torres.

Francisco José Martín Torres. / EP

Almendralejo

Francisco José Martín Torres, Paco para los cercanos, no se dedica profesionalmente a la literatura. Es profesor de filosofía en un instituto de Águilas (Murcia), tiene 55 años y nació en Granada. Su currículum literario es breve, pero suficiente para dar un golpe de efecto. Acaba de ganar el XXI Premio de Novela Carolina Coronado ‘Ciudad de Almendralejo’ con ‘Los desnacidos’, una obra de más de 400 páginas que mezcla fantasía, filosofía y thriller, y que ha sorprendido al jurado por su originalidad y solidez. Su triunfo es el ejemplo de que las mentes creativas no necesitan una etiqueta de literato, sino la libertad para crear y el reconocimiento de que el talento están por encima de los títulos y los sellos.

El germen de la novela lo llevaba dentro desde adolescente. «Siempre he tenido esa fantasía extraña de virus latentes en la mente de la gente», explica. Una idea difusa que, años más tarde, tomó forma al escuchar al escritor Martín Caparrós hablar de un insulto argentino, que él interpretaba como un modo de devolver a alguien a la inexistencia. «Me pareció tan potente que pensé en escribir desde ahí, y poco a poco la historia fue creciendo», apuntaba el granadino.

El resultado es Los desnacidos, una distopía en la que una extraña epidemia impide que las personas mueran, pero las condena a perder de golpe a toda la gente que han conocido, quedando aisladas en un mundo deshabitado de afectos. En la novela galardonada hay ecos de su vida personal, como la experiencia de la enfermedad de su padre, que padeció alzhéimer. «Me parecía una vivencia tan fuerte que podría ser incluso una novela de terror. La idea de la ausencia, de la pérdida de lo que somos, siempre me ha marcado», confiesa.

A partir de esa huella personal, Martín construye un relato en el que se une el misterio, las reflexiones filosóficas y un thriller inquietante. «Al principio quería hacer algo más abstracto, pero los personajes me fueron llevando, y la novela se convirtió en lo que es ahora», reconoce todavía emocionado por su galardón.

Para él, el premio supone mucho más que un reconocimiento literario. Hace diez años autopublicó una primera novela que pasó desapercibida, y eso le dejó la sensación de que aún le quedaba camino por recorrer. Con Los desnacidos quiso hacerlo de otra manera. «Pensé que esta sí merecía tener un recorrido, que debía enviarla a un concurso serio. Y el Carolina Coronado era el que mejor se adaptaba a lo que había escrito», cuenta. Todo lo demás fue pura fantasía y originalidad.

El pasado fin de semana vivió el fallo del jurado con la tensión propia de quien espera una llamada decisiva. «Sabía que podía pasar, y estuve todo el día nervioso. Cuando sonó el teléfono, lo primero que pensé fue: ¿y ahora qué digo? Fue emocionante. Que un jurado de ese nivel valore tu obra es increíble», admite todavía con cierta incredulidad.

Una pasión

El profesor no oculta que escribir es para él, más que una profesión, una gran afición. Dedica tardes enteras a la escritura, aunque la compagine con sus clases y su vida cotidiana. «Escribir me demanda muchísima energía, pero también me da mucho. Para mí lo fundamental es que quien me lea disfrute. Que alguien termine la novela y piense que ha valido la pena el tiempo invertido», confiesta abiertamente.

Más allá de la obra, Martín también reflexiona sobre el papel de la cultura en la sociedad actual. «Vivimos tiempos en los que vemos cosas que solo habíamos leído en los libros de historia. La gente tiene miedo al futuro. Por eso creo que la cultura, como dijo el alcalde en el acto, es la única salvación frente a la barbarie. Me preocupa especialmente que los jóvenes lean cada vez menos, porque la lectura te da herramientas para entender el mundo».

Retos

De cara al futuro, no se marca grandes objetivos. Sabe que seguirá escribiendo, aunque ahora mismo no tenga un proyecto concreto en marcha. «Esto me anima a seguir, claro. Pero para mí escribir no deja de ser algo que hago porque me gusta, porque siento que debo hacerlo. Creo que cada uno debe escribir las historias que lleva dentro, igual que cada persona debe luchar por lo que de verdad le apasiona”»

Martín no sabe si Los desnacidos será un punto de inflexión en su trayectoria o un logro aislado. Lo que sí tiene claro es que, con este premio, ha conseguido lo que siempre soñó, que su historia llegue a los lectores. «Sentir que alguien ha leído tu obra y le ha gustado… eso ya es un éxito».

Y es que esto nos enseña algo muy importante: sólo llegan los que se atreven. Los que tiran de pasión y creatividad.

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