Adrián Monroy, gerente de la venta El Rocío, lleva 26 años en la urbanización y ha conocido toda su historia. El, como otros vecinos, se muestra satisfecho de que el ayuntamiento haya aceptado la solicitud de la asociación de llevar el agua hasta la entrada de la zona residencial, pues en el interior el coste lo sufragan los propietarios. La Dehesilla cuenta con 524 parcelas y más de 500 miembros en su asociación, la mayoría de los cuales participa en el proyecto, mientras que el resto, si deciden sumarse tendrán que pagar el precio que éstos estipulen. "La noticia la hemos recibido con los brazos abiertos", aseguró.

Antonio Orozco lleva un año viviendo en la Dehesilla de Calamón y, según manifestó a este diario, el agua es la mayor y principal necesidad de la urbanización, pues "la que tenemos de pozo tiene mucha cal y para beber utilizamos la embotellada", dijo. Como él piensa la mayoría de sus vecinos, al igual que a la hora de recordar otras necesidades, como evitar las subidas de tensión eléctrica y que se hayan quedado con un autobús por la mañana y otro por la noche.