TLta muerte de una mujer esta semana en el cruce de las avenidas de Fernando Calzadilla y Damián Téllez Lafuente con la BA-20, la mal llamada autopista, pone de nuevo sobre la mesa la búsqueda de soluciones al intenso tráfico que soporta esta vía neurálgica de la ciudad.

Aunque si bien es cierto que el atropello de esta mujer se produjo por su propia negligencia o exceso de confianza, ya que cruzó --como, por otra parte, hace mucha gente--, por un lugar indebido y cuando los semáforos estaban en verde para los vehículos, no es menos cierto que la antigua Nacional V, a su paso por Badajoz, registra más de 100.000 coches diarios. Es evidente que este hecho no solo hace absolutamente inviable que pueda haber una circulación fluida en Badajoz, sino también que se pueda garantizar la seguridad de los viandantes, por mucho que éstos respeten las normas mínimas de circulación.

El ayuntamiento, consciente de estos problemas, planteó hace ya varios años la posibilidad de construir dos túneles: uno en el cruce de la Nacional V con Fernando Calzadilla y otro a la altura de la avenida Villanueva. Una obra que se consideró, en su momento, "estratégica" para la ciudad, pero de la que nunca más se volvió a oír ni a hablar. Y tres cuartos de lo mismo sucede con la Ronda Sur, la carretera que circunvalaría toda la ciudad por el sur y que junto a los túneles sería la verdadera solución para el acuciante problema de tráfico que tiene Badajoz.

Una vez más la ciudad ha sufrido, con este asunto, la falta de entendimiento entre dos administraciones de diferente color político y, ahora, además, se suma la merma que sufren las arcas públicas.

En julio se anuncia la visita del ministro de Fomento, José Blanco , a Extremadura. Será entonces buen momento para comprobar si la obra de los túneles se ha guardado en el eterno cajón del olvido de ambas administraciones o sigue siendo prioritaria.