Los pacenses ya tienen una biblioteca acorde a las necesidades de una ciudad de 150.000 habitantes. En pocos meses, las viejas e insuficientes instalaciones de la Biblioteca del Estado Bartolomé J. Gallardo, situada en la avenida de Europa, pasarán a la historia. La biblioteca, fundada en 1902, iniciará una nueva etapa en la sede que acaba de construir Copcisa en la barriada de La Paz con una inversión global de 9,9 millones de euros.

El nuevo edificio, que ya está terminado, fue visitado ayer por la subsecretaria del Ministerio de Cultura, Mercedes del Palacio, que estuvo acompañada por la subdelegada del Gobierno, Yolanda García Seco, el arquitecto de la obra Luis Arranz y los portavoces municipales del PSOE y de IU, Celestino Vegas y Manuel Sosa, respectivamente.

Después de más de dos años de obras, la biblioteca estará equipada a final de año, momento a partir del cual se pondrá a disposición de la Junta de Extremadura, que es la administración que gestiona las bibliotecas públicas en la región desde hace casi 30 años, según recordó la subsecretaria.

El mobiliario se adquirirá del catálogo del servicio central de suministros de la Dirección General de Patrimonio, lo que agilizará la operación de compra.

Con más de 7.000 metros cuadrados construidos, la nueva biblioteca casi triplica el espacio de la actual, que se encuentra repartida por varias plantas del edificio actual, que comparte con el archivo y con Educación.

Un impresionante porche, ideado para proteger este singular edificio de las inclemencias del tiempo, especialmente del sol, invita a entrar en la biblioteca, que se ha diseñado para estar "en la vanguardia", según Luis Arranz, el autor del proyecto, quien explicó que también se ha tenido en cuenta a los usuarios. De esta forma, aquellos que más la frecuentan, los que utilizan el sistema de préstamo, encontrarán en el vestíbulo un gran mostrador donde podrán entregar y recoger los libros sin interferir en su funcionamiento.

Otros usuarios que también tienen su espacio en la planta baja, con acceso directo desde la calle, son los niños y los jóvenes, cuya sala tiene sus propios aseos, así como la hemeroteca. En esta planta también se encuentra una sala polivalente con dimensiones suficientes para servir de salón de actos y una sala de exposiciones.

La primera planta, que está destinada a la sala de lectura, consulta, audiovisuales e investigación, es un espacio de más de 2.500 metros cuadrados diáfano y flexible en el que el mobiliario conformará los espacios. Esto permitirá modular su uso en función de las necesidades.

Los depósitos, la zona administrativa y de trabajo, así como las instalaciones, se encuentran en la segunda planta. En el interior del recinto hay 75 plazas de aparcamiento.

Todas las salas están rodeadas de grandes ventanales con vistas al paseo fluvial, el puente Real y el edificio vecino que está construyendo Caja Badajoz.

Mercedes del Palacio destacó que "la inversión en cultura es extraordinariamente productiva, no sólo desde el punto de vista social sino en el económico". En este sentido auguró que en poco tiempo el entorno de la biblioteca habrá negocios "y será un foco de atracción para los ciudadanos y un foco de desarrollo económico para esta parte de la ciudad. Ha sucedido en otras ciudades y estoy segura de que sucederá también en Badajoz".

El espacio que la Bartolomé J. Gallardo dejará libre cuando se traslade a su nueva sede se destinará al archivo, según la subsecretaria del Ministerio de Cultura.

AUSENCIAS

Del traslado poco se pudo conocer ayer, ya que ningún representante de la Junta de Extremadura, ni tampoco del equipo de gobierno municipal, estuvieron presentes en la visita. Al parecer, desde la Delegación del Gobierno se cursó la invitación, aunque con cierta premura, ya que la consejera de Cultura, Trinidad Nogales, tuvo conocimiento el día antes a través de una llamada telefónica.

Los planes que había respecto al traslado, tal y como publicó este diario el pasado 18 de julio, era hacerlo por fases y podría durar entre dos y tres meses, ya que hay que mover unos 150.000 libros (incluido el fondo antiguo) y 800 publicaciones periódicas, de las que 500 ya no se editan. Según comunicó entonces la directora, Carmen Carrera, durante unos días ambas bibliotecas, la actual y la nueva, estarían cerradas.