"Es más complicado de lo que parece". Es lo que manifestó ayer el alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, respecto a la redacción del pliego de condiciones para la construcción y explotación de la planta de reciclaje de ripios. Celdrán confirmó que está redactado pero los servicios jurídicos y técnicos del ayuntamiento "lo están estudiando y modificando" y apuntó que su dificultad es incluso mayor que el aprobado para la concesión del servicio municipal de la limpieza.

A esto añadió que los primeros en lamentar este retraso son el alcalde y su equipo de gobierno. "La gente tiene que comprender que hay que hacer las cosas con arreglo a la ley", recalcó. En este sentido, pidió a los transportistas "que tengan paciencia".

Por otro lado, el alcalde apuntó que el ayuntamiento pretende conseguir que la Junta de Extremadura se "involucre de alguna manera" a través de algunas de las empresas públicas, porque el ayuntamiento tiene demasiada carga económica. Según dijo, "se está estudiando" esta implicación de la Administración regional en la adjudicación del servicio o la responsabilidad de llevar a cabo la explotación.

"Lo principal --dijo-- es solventar el tema a ser posible sin que sea una gran carga para el ayuntamiento y que podamos repartir el peso entre todos", recalcó. Así, comentó que las conversaciones con la Junta están en sus inicios para ver alguna posibilidad de colaboración, pero hay que entender, según dijo, que en el gobierno regional "acaban de llegar".

Respecto al decreto que entra en vigor el 1 de enero, el alcalde señaló que "habrá que prorrogarlo, porque yo no me voy a llevar los ripios a casa, o pondremos una pequeña sanción si es que cabe".