Noelia y Manuel Antonio acuden a diario al comedor social de Martín Cansado. Han dejado atrás su adicción a la droga y ahora están centrados en encontrar un piso para empezar desde cero y recuperar sus vidas. Saben que no será fácil, pero cuentan con ayuda. "Nos dan mucho más que un plato caliente, porque hemos encontrado apoyo psicológico y ayuda para arreglar documentos", afirman. Ana María tiene 64 años y es usuaria del comedor desde hace casi 14 años, cuando se separó de su marido tras haber sido maltratada. Sus escasos ingresos apenas le llegan para pagar la casa en la que vive y las facturas. Asegura que ha encontrado en las hermanas y voluntarias "cariño y ayuda" para salir adelante.