La imposición de la medalla de Isabel la Católica a Miguel Celdrán se convirtió ayer en un reconocimiento a su gestión durante las 4 legislaturas y media que estuvo al frente del Consistorio pacense. Presidido por Pío García Escudero, presidente del Senado, y celebrado en la sede del Colegio de Abogados, el exalcalde pacense recibió el calor y el aplauso de todos los asistentes, en especial de su familia y de tres de sus exconcejales que hoy día ocupan altos cargos de representación como son el actual alcalde de la ciudad, Francisco Javier Fragoso; el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias; o el presidente de la Junta, José Antonio Monago.

Representantes del Parlamento regional con su presidente, Fernando Manzano, a la cabeza, del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire, también de la Guardia Civil y la Policía Nacional; alcaldes, entre ellos los de Elvas y Campomayor, así como el presidente de Delta Cafés, el comendador Rui Nabeiro, acudieron a este acto, al igual que todos los concejales del equipo de gobierno actual y una amplia representación de la sociedad pacense.

Pío García Escudero dijo que en unos tiempos como los actuales, donde se cuestiona la política y los políticos, Celdrán destaca por haber alcanzado "el techo de la ejemplaridad pública". El presidente de la Cámara Alta dijo de él que su sentido común, su vista y corazón le han permitido alcanzar hasta cinco mayorías absolutas, lo que en realidad supone un homenaje compartido para el resto de alcaldes y concejales de este país que, con su esfuerzo y tesón, sacan adelante miles de ayuntamientos sin más contraprestación que la satisfacción que el servicio a su ciudad.

Celdrán, por su parte, sostuvo que su secreto resulta muy sencillo. Y es que, según dijo, Dios le dio dos virtudes: una, ser consciente de sus limitaciones; y dos, saberse rodear "de gente fabulosa" que supiera de algún modo compensar esas carencias. Para él, las muestras de afecto y agradecimiento "son inmerecidas y, en todo caso, tendrían que ser compartidas" con todos los equipos de gobierno que estuvieron con él desde 1995 hasta 2013.

El exalcalde dijo que se fue por edad (se marchó el mismo día que cumplió 73 años, el 4 de marzo de 2013), por el hastío que presumía podía empezar a haber en la gente y porque su salida del Ayuntamiento no se iba a notar por quien se quedaba al frente.

Precisamente su sucesor tuvo palabras de mucho afecto para él y en su discurso le otorgó el protagonismo de haber conseguido modernizar Badajoz. Francisco Javier Fragoso calificó a Celdrán como "el artífice de la transformación y modernización de la ciudad" destacando "su visión, perspectiva y capacidad para tanto para formar equipos como para conectar con la gente".

En iguales términos se expresó el delegado del Gobierno, Germán López Iglesias, quien señaló que Celdrán "es un modelo de honestidad" al servir a los pacenses por igual, "sin fijarse jamás en quiénes eran y de dónde venían".