THtace poco un programa televisivo de gran difusión se dedicó a la moda, tan española, de las rotondas. Se habló de una ¡escultura!, en Jerez de la Frontera, en su glorieta correspondiente, a la que el artista llamó "Andalucía" o algo así. Pero, por parecerse a un montón de chatarra, un ciudadano entrevistado, dio a conocer su nombre popular: el 'mohón' de Mazinger. Puede descifrarse la analogía literaria. Y es que la dicha moda les ha dado a los avispados ediles de nuestras ciudades y pueblos la ocasión de demostrar su exquisita estética -¿fetichismo?- y, de paso, quedar bien con alguna que otra corporación sin almacenes. A algunos de los artificios se les llama esculturas. A veces, incluso, lo son. Otras no pasan de ser 'mohones' -aspírese la 'h'-. De Jerez a Vigo, de Jaén a Huesca, pasando por el Barco de Avila y Miajadas, pueden encontrarse pájaros, caballos, mulos, barcos, 'cruceiros', escudos, menhires y hasta alubias y tomates. Las carreteras convertidas en chamarilerías o museos de los horrores, como prefieran.

Badajoz no podía ser menos y se ha apuntado al festival plástico con el habitual y depurado gusto municipal. Empezamos con los Poetas -Los Cabezones- y, en el centro, con el "ninot"-mausoleo de Godoy y el de la plaza de Santo Domingo, con su memorable e inexplicable pedestal. Y ahora el reactor de La Pilara. No es que yo sienta ninguna prevención por el ejército del Aire, ni me parezca mal su relación con nuestra capital. ¡Ni mucho menos! Pero, ¿era necesario? La escultura de los Poetas tiene calidad, si se exceptúa el funambulismo del pedestal. Parecía apuntar maneras. Luego hemos ido de mal en peor. Si el reactor supone, por encima de su pretendido carácter ornamental, no sólo una ocasión para inaugurar lo que sea, sino una petición de conexiones aéreas a precio y horas razonables, sin pagar a ciertas compañías para que nos organicen la vida y sin que sirvan para que la mayoría subvencionemos un viaje rápido a los menos, le encuentro utilidad. Coloquen un vagón de tren en cualquier rotonda cercana a la estación a ver si Renfe o el ministerio de Fomento o quien sea se dan por aludidos y nos ponen unas comunicaciones ferroviarias presentables. Y no hablo del AVE.