Negociaciones

TDtespués de un tiempo en el que, por cuestiones de trabajo, me fue imposible publicar esta columna semanal, retomo con ilusión y agradecimiento la colaboración que, de nuevo, me ofrece Antonio Cid, el director de La Crónica y El Periódico Extremadura. Y acepto a sabiendas de que no es fácil desnudar tus ideas en negro sobre blanco. Siempre habrá gente que no las comparta e, incluso, se sientan atacados u ofendidos. Pero de eso va la independencia periodística: decir, con respeto, lo que se piensa, aunque no sea a gusto de todos. Hay que valorar la importancia de dormir con la conciencia tranquila.

Hoy quiero rematar la semana hablando del término más sonado en las últimos días. El trending tópic de la política: negociación. Mires donde mires, allí que están los políticos negociando. De hecho han sido los últimos en incorporarse a esta práctica tan común para el resto de los mortales. Obligado te veas....

Negocian en Madrid la formación del Gobierno de nuestro Pais. Negocian en Mérida los Presupuestos regionales. Y negocian también las cuentas municipales en, casi, la mayoría de las localidades extremeñas. Y es que las circunstancias han cambiado de manera brusca para los principales partidos políticos. Acostumbrados a cómodas mayorías absolutas donde imperaba la ley del rodillo, muchos se han visto descolocados teniendo que consensuar, ceder, aceptar, hablar. En definitiva negociar para llegar a acuerdos.

A algunos parece que no les gusta. Lo rechazan aunque se lo pida el mismísimo Rey. Otros se enteraron tarde y después de una enmienda a la totalidad tuvieron que rearmarse para sacar adelante unas cuentas con las que poder hacer su política.

Es lo que hemos querido los ciudadanos y no parece que vaya haber marcha atrás: negociación y, sobre todo, acuerdo. Lo mejor es que la mayoría lo han entendido. El resto es teatrillo para la parroquia.