Ya hay Gobierno al que exigirle no solo el cumplimiento de promesas, sino que se haga justicia con lo mucho que ha aportado esta región a España durante años y se haga una inversión que será rentable a España. En el año 2003 los Gobiernos de España y Portugal se comprometieron, y así lo reafirmo el Consejo y Parlamento Europeo, en el año 2004, a que en el año 2008 estaría funcionando la línea de mercancías entre los puertos portugueses y Madrid, y que en el 2010 estaría en funcionamiento el AVE Madrid-Lisboa, por Badajoz. No hace falta insistir la de veces que estas promesas se han ido prorrogando en el tiempo, hasta la actualidad en que ya no hay ni previsiones, mientras tanto el resto de compromisos seguían en marcha. Como el tren iba degradándose, la Ministra se comprometió en el 2013 a que en el 2015 entraría en funcionamiento una solución provisional sobre las plataformas ya ejecutadas de las infraestructuras de AVE para que tuviésemos un tren convencional que hiciese el recorrido Badajoz con Madrid en tres horas y cuarenta y cinco minutos. Ha pasado un año y no sabemos para cuando. Necesitamos un tren digno en el año 2017 y tenemos mucha legitimidad para exigirlo al nuevo gobierno. España y Portugal no pueden seguir de espaldas olvidando casi a una tercera parte de la Península Ibérica, que tanto ha dado a lo largo de la historia y que tanto debe dar en el futuro. No es razonable que se le quiera exigir un retorno inmediato a esta inversión. A los que tantos años han estado sacrificándose por el resto del país no se les puede exigir lo mismo que a quienes recibieron durante años inversiones. Cuando en 1986 entramos en la Unión Europea prácticamente toda España y Portugal estaban entre las regiones menos desarrolladas de Europa. Ahora en España solo queda con esa calificación Extremadura. Y tenemos una última oportunidad hasta el 2020 para salir. Necesitamos tener un tren digno de pasajeros y mercancías en el 2017, pero no podemos renunciar a estar conectados a la red de alta velocidad de la Península Ibérica en el 2020. Puede ser nuestra última oportunidad. Todos debemos ir juntos. H