De manera emergente ha ido apareciendo un concepto que uniendo Madrid con Lisboa y pasando principalmente por Castilla-La Mancha, Extremadura y Alentejo parece que se identifica muy bien con el nombre de Corredor Suroeste Ibérico. Este concepto es mucho más que una mera infraestructura de transportes, es un flujo de personas, mercancías, ideas y energías entre el centro de la meseta y el litoral portugués. Ese espacio desde antes de los romanos se identificó como La Lusitania. Basta ver un mapa físico para entender qué espacio ocupaba y ocupa. Este territorio fue durante miles de años un espacio fértil y de encuentro de culturas, y tuvo una cierta unidad política hasta que en la Reconquista, hace ocho siglos, se creó la frontera más antigua de Europa, dividiendo los territorios y la población y convirtiendo las Rayas en muros insalvables y sus proximidades en los patios traseros abandonados de las dos naciones.

Ahora podemos vivir un momento histórico, devolviendo la continuidad al territorio y a sus habitantes. Tras la construcción de la autovía Madrid-Lisboa, en plena época en la que esas distancias se empezaban a recorrer ya en trenes de alta velocidad, ahora toca priorizar una gran vía ferroviaria entre las dos capitales. Esa infraestructura deberá soportar muchos tipos de servicios, no solo los conocidos como AVE, sino cercanías, regionales, mercancías y todos los que no nos podemos ni imaginar, pues son infraestructuras para los próximos 100 años. No nos podemos conformar con unas menores. Después de las infraestructuras que construyeron los romanos y los regadíos de los años 50, será lo más importante que se haya realizado en la historia de Extremadura. Tenemos que tomar conciencia y estar lo más unidos, exigentes y esperanzados posible para hacerlo realidad con la máxima urgencia. Unidos los extremeños y unidos con el resto de territorios que vertebra este Corredor. Cada año que pasa son oportunidades perdidas y muchos extremeños que abandonan la región. Un año cuenta, y por eso hay que presionar para que el Corredor Suroeste sea la máxima realidad posible en cada momento.