A pesar de que el templo se ha habilitado en un local provisional y que hace menos de dos años que la parroquia de San Juan Pablo II presta servicio en Cerro Gordo, los vecinos, según su párroco, Manuel Rico, están muy implicados y la sienten como suya. Lo demuestra el hecho de que más de 80 familias la eligieran en el 2017 para celebrar los bautizos de sus hijos y que en lo que va de año ya haya acogido otros 50 y se prevea llegar al centenar hasta diciembre. También unos vecinos han celebrado en esta parroquia su boda y ya hay otra pareja que tiene fecha reservada para el 2019.