Alquilar una vivienda en Badajoz no es tarea fácil. No es que no haya inmuebles en alquiler, que los hay, sino que sus inquilinos renuevan sus contratos de un año para otro y toda la oferta existente en el mercado está alquilándose de forma constante y casi inmediata. El porcentaje de familias que compran un inmueble en la ciudad está bajando respecto a años anteriores. Mientras que antes las inmobiliarias vendían un 90% del total de viviendas con las que trabajaban y alquilaban un 10% de ellas, ahora el porcentaje de viviendas en alquiler ha subido, hasta un 30%, según Jorge Navarro Ribera, propietario de Apinavarro.

La tendencia está cambiando porque la necesidad de tener una casa en propiedad ya no es algo fundamental para las familias pacenses. Las nuevas generaciones viven más al día, con trabajos temporales que les aportan una menor seguridad laboral y, por este motivo el alquiler prospera. Badajoz reúne una serie de particularidades que, según las consultas a distintas inmobiliarias, hacen que alquilar un inmueble de unas determinadas características se haga un poco cuesta arriba, sobre todo si lo que se busca es una vivienda sin amueblar en buen estado o, al menos, en unas condiciones decentes.

Con la crisis de la burbuja inmobiliaria, los propietarios optaron por alquilar sus viviendas ante la imposibilidad de venderlas. Pero Badajoz lleva aproximadamente diez años sin apenas construir, lo que ha dado lugar a que el mercado del alquiler se haya agotado.

Las inmobiliarias pacenses pasan por un momento «de incertidumbre», así lo transmitía Fernando Pérez de Acevedo, propietario de Servicasa, que achaca esta situación a la elevada competencia entre agencias que existe en la ciudad: «hay demasiadas». Además, Pérez de Acevedo señala que «la venta nueva está en manos de promotores y los particulares se defienden bien sin las agencias». Navarro explicaba a este medio que «tenemos un pastel que repartir y cada vez hay más inmobiliarias que están comiendo de ese mismo pastel. Las agencias tienen que buscar distinciones que aporten valor, como un mejor servicio para que así le llegue un valor añadido al cliente».

ESTUDIANTES / La situación cambia un poco para las agencias que se dedican al alquiler de pisos para estudiantes, que están viviendo ahora su particular agosto, nunca mejor dicho. Con ellas pasa justo lo contrario que ocurría hace unos años, cuando los propietarios no querían a estudiantes como inquilinos. Ahora, los dueños de los inmuebles los prefieren en muchas ocasiones por dos motivos: la seguridad que les aportan, porque este tipo de inquilino garantiza el cobro durante diez meses gracias al respaldo paterno y, por otro lado, de esta manera los caseros evitan también a inquilinos de larga duración. Este tipo de alquiler no ata mucho tiempo a los propietarios de la vivienda para volver a disfrutar de su casa, ver el estado en el que se encuentra e, incluso, replantearse la cuota mensual.

El precio de este tipo de alquileres se calcula por habitación, que en Badajoz ronda desde 130 a 175 euros, lo que se traduce en 600 o 700 euros en total para pisos de cuatro dormitorios. Esto influye a su vez en el precio del resto de alquileres en la ciudad, donde no se encuentran apartamentos en buen estado de una o dos habitaciones por menos de 400 euros, ni viviendas de tres habitaciones en adelante por menos de 500, según la tendencia general, que tanto en alquiler como en venta han subido de precio por la demanda del último año.

PORTALES/ Otro tema a tener en cuenta son los portales inmobiliarios que se anuncian en la red, Pérez de Acevedo señala que les «beneficia y perjudica» a la vez, porque todo aquel que busca una vivienda lo primero que hace es consultar estos portales, pero les perjudica porque las agencias deben pagar unas cuotas que los particulares no abonan.

La proliferación de estos portales web afecta de tal modo que les «obliga a contar con ellos si quieres estar en el mercado», lo que les condiciona «a contratar productos», según explicaba un agente de Inpomol Proyectos Inmobiliarios. Ahora, por ejemplo, el propietario de una agencia inmobiliaria debe pagar por anunciarse en este tipo de portales, una media de entre 30 y 50 euros, para ofertar un paquete de unas 30 viviendas, mientras que un usuario particular puede anunciarse de manera gratuita. Además, las agencias piratas, aquellas sin sede física, que sólo operan en internet, algunas de ellas sin estar ni siquiera dadas de alta, también les hacen competencia pero, como declaró Jorge Navarro: «esas son las reglas del juego y contra ellas tenemos que pelear».