Elena González y Mario Montoya, que regentan la librería Cien Cañones, en la calle de La Soledad, se llevaron una sorpresa inquietante al hallar un volumen que tenía todo el aspecto de ser un libro-bomba. Fue Elena quien lo encontró cuando revisaba una caja de libros, por lo que, «acojonada, hizo una foto y me la envió», señaló Montoya. Éste le pidió que no tocara nada. «Le mandamos la foto a un amigo policía y éste a los Tedax, que inició el protocolo de estos casos: que no se muevan y desocupen, dijeron».

La policía cortó el tramo de vía próximo al local y se llevó el falso para analizarlo. Poco después, la Policía Nacional aclaró que se trataba de un libro-bomba «simulado», que «nunca ha tenido explosivos ni capacidad detonante».

Fuentes de la jefatura superior indicaron que «los Tedax comprobaron enseguida que no era un explosivo real», pero que «lo mantienen en su poder para seguir con la investigación, para conocer la procedencia y por su pudiera ser una prueba».

Elena y Mario explicaron que fue alrededor de las 13.00 horas cuando ella encontró el libro-bomba, titulado Reyes Mendigos, de Jean Larteguy. Abriendo la portada queda visible el mecanismo, lo que les generó un buen susto, «pero además creímos que el autor era vasco --es francés-- y la edición es del 79: sospechamos y avisamos a nuestro amigo policía, le mandamos la foto y él la mandó a los Tedax, que vinieron hacia las 14.10 y cortaron la calle por seguridad», indicó Montoya.

Elena y Mario desconocen aún la procedencia exacta del libro. «No la sabemos porque nosotros hacemos limpieza en casas, almacenamos material que luego seleccionamos y revisamos porque cada libro que se vende de segundo mano debe ser controlado; comprobamos que están todas las páginas, su estado, la fecha y la edición».

«En realidad fue una falsa alarma porque la bomba no podía explotar», afirmó Montoya.