Hace más de 30 años que visito asiduamente Fitur. Mucho ha evolucionado y crecido el turismo en el mundo, en España y en Extremadura. Pero seguimos entre las regiones menos turísticas de Europa, aun estando en el segundo país más turístico del mundo y situado junto al país revelación en los últimos años. Hace 30 años Extremadura era absolutamente inaccesible. Muchos recordamos muy vivamente la travesía de Talavera y el puerto de Miravete camino a Madrid, la cuesta de la Media Fanega para ir al Sur, las travesías de Plasencia, Baños de Montemayor y Béjar para ir al Norte, la travesía de Montemor-o-Novo camino de Lisboa, y la conexión con Levante que sigue casi igual. La entrada en la CEE nos permitió disponer de una autovía, que primero nos conectó con Madrid y después con Lisboa. Nos llegó la autovía cuando para recorrer 600 kilómetros ya se empezaba a normalizar hacerlo en trenes de alta velocidad o en avión, y Extremadura siguió estando descolgada de las principales redes ibéricas.

Mucho hemos mejorado, pero mucho más han mejorado los otros y nuestra desconexión se ha incrementado. Ahora aspiramos a que el próximo año ya podamos disponer de un tren equiparable a lo que la mayoría de los españoles disponían a finales del pasado siglo con la expectativa de que a lo largo de la próxima década podamos tener un servicio entre Lisboa y Madrid que se parezca en algo al que existe en España desde 1992. Se parezca, aunque sabemos que por ahora no va a ser igual.

Pero a pesar de ello deberíamos exigir que la próxima Fitur del 2021 sea la del salto, y no solo la de la mejoría. No tendría justificación si en el año 2021 no estuviese funcionando ya el nuevo servicio de tren entre Madrid y Badajoz y esperemos que también con Lisboa, para que a partir de ese año se iniciase una década de cambio radical. Lo necesitamos porque si seguimos creciendo solamente unas décimas o un punto por encima de la media española, Extremadura terminará despoblándose. El Corredor Sudoeste Ibérico que conecta Madrid con Lisboa puede ser el mejor producto que ofrezcan los dos países conjuntamente al mundo y para eso necesitamos estar muy bien comunicados. Este año otra Fitur, pero el próximo año debe ser la Fitur del gran salto esperado de Extremadura al mundo, aunque las cosas no llegan solas.

(*)Economista