Con menos afluencia, con mascarillas y guardando las distancias de seguridad, el cementerio Viejo de Badajoz volvió a acoger ayer, 15 de agosto, cuando se cumplían 84 años de uno de los hechos más sangrientos de la Guerra Civil Española, los actos en recuerdo de las víctimas del franquismo. Fueron dos, a distintas horas: primero el que organiza el PSOE desde 1977 y, después, el homenaje de la Plataforma Agosto Antifascista.

Los socialistas hicieron primero un recorrido por el camposanto para realizar una ofrenda floral en los nichos de los alcaldes Eladio López-Alegría y Sinforiano Madroñero y del diputado Pedro Rubio Heredia. Además guardaron un minuto de silencio por las víctimas del covid.

En sus intervenciones, tanto el secretario general local, Ricardo Cabezas, como el provincial, Rafael Lemus, alertaron de los peligros de la ultraderecha. Cabezas se refirió al «renacer de la derecha extrema» que «utiliza la democracia para aprovecharse de ella» desde un mensaje «xenófobo, antifeminista y de aversión al sistema». No pudo más que citar la situación del equipo de gobierno municipal, del que forma parte el concejal Alejandro Vélez, que «representa lo peor de la ultraderecha» y recordó lo ocurrido el día anterior en el pleno cuando llegó a decir que el 14 de agosto del 36, «se produjo la liberación de la ciudad de las garras comunistas».

También Lemus recordó que dos años atrás, en este mismo acto, ya avisó de que en España se estaban «incubando los huevos de serpiente» del fascismo «y estamos empezando a sufrir sus consecuencias, con sus mensajes frentistas están siendo capaces de captar a una parte de la sociedad que no es consciente de las terribles consecuencias». Citó que en Extremadura ha habido en los últimos meses ataques homófobos «que crean estigmas terribles». Y defendió que «hay que luchar día a día para que las amenazas no se conviertan en realidad».

Esta vez no hubo música a cargo de los alumnos del Conservatorio, pero sí unos versos de Ernestina de Chanpourcín de la mano de Lemus: «Si derribas el muro de todas las mentiras, qué jubilo de amor abierto sobre el mundo, qué horizonte sin nubes en la curva del cielo».