Los albañiles han vuelto al colegio Cerro de Reyes de Badajoz. Tras siete meses de parón, las obras de ampliación del centro, en el que se están construyendo tres nuevas aulas de Infantil, se han retomado esta semana. La previsión es que estén acabadas en un plazo «de cuatro a cinco meses», según informó la Consejería de Educación.

Los trabajos se pararon a mediados del pasado marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Pese a que otras obras se retomaron en este caso no fue así, pues la constructora no podía garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias, a lo que se sumó después un problema con el suministros de ladrillos y la necesidad de contar con el asesoramiento de la empresa a la que se han adquirido para su colocación en la fachada del edificio, pues el diseño plantea un cambio «novedoso» en la manera de colocarlos.

Una vez resueltos estos problemas, se han reanudado los trabajo, que no afectarán al inicio del curso escolar, pues según recordó la consejería, se trata de unas obras de ampliación del edificio ya existente y se ha acotado «perfectamente» el área de actuación, por lo que «no interferirán en el correcto funcionamiento del centro».

Las obras de ampliación del colegio Cerro de Reyes, con un presupuesto que ronda los 710.000 euros, comenzaron en junio del 2019. El plazo de ejecución que establecía el pliego de condiciones era de nueve meses. Hasta el momento, se ha levantado la estructura del nuevo edificio (en forma de L y que estará conectado con el del Primaria), se han realizado reformas interiores en el actual y se ha llevado a cabo el derribo del viejo aulario que había en el recinto del centro educativo. Ahora los trabajos se centran en el cerramiento de fachada de la nueva construcción. El porcentaje de obra ejecutado hasta la fecha es del 25%, según la Consejería de Educación.

10 AÑOS DE ESPERA / Hace más de una década que la comunidad educativa del colegio Cerro de Reyes reclamaba que se construyeran las aulas de Infantil. El antiguo aulario fue clausurado porque presentaba deficiencias que impedían que se pudieran impartir clases con seguridad en estas dependencias. Eso fue hace siete años y como solución «provisional» se habilitaron aulas en un almacén prefabricado, que usan desde entonces los más pequeños y donde tendrán que iniciar este nuevo curso debido al retraso en la construcción del nuevo aulario.

Padres, alumnos y profesores han denunciado durante años las «penosas» condiciones en las que estos alumnos debían recibir sus clases, incluso con protestas y manifestaciones para reclamar unas instalaciones «dignas y seguras» para los escolares. En las actuales aulas de Infantil no hay suficiente espacio y tampoco es adecuada su climatización.

Además de la construcción del nuevo aulario y el derribo del antiguo, el proyecto de mejora del colegio incluía la reparación del suelo del patio de recreo, la construcción de un porche, la renovación de las instalaciones de la cocina y del depósito de gasóil y la sustitución de las puertas.