Hay veces que el nudo en la garganta no pasa. Hay alguien en casa, pero la soledad succiona todo el sonido, el corazón late en las sienes, martillea con un dolor grave, que insiste, insiste, el daño, la pena, se repite, como un tambor en Semana Santa. Y guarda dentro todos los gemidos. Suena a piedra, a pozo, ahogado. Tampoco hay raíz, rama, saliente, donde agarrarse para evitar la caída. Cae. Lenta, lentísimamente, como una Alicia eterna, sin un conejo que guíe el camino, sin la luz de una aventura, sin siquiera un golpe rápido que alivie, zanje, por fin, la angustia. Pero de vez en cuando la vida llama a la puerta y nos despierta. Iba a decir que no como a los niños, sino más despacio. Pero sí, como a los niños. Se mueven suaves, a tientas vuelven, sin volver del todo. Algunos lloran porque se asustan, y esconden la cara bajo las sábanas. Otras tocan el contorno del que llega, la nariz, las orejas, para asegurarse de quién es, y cuando lo reconocen, se ríen, aún con los ojos cerrados, desperezándose las ganas de jugar. La confianza huele a colonia Nenuco. Unas gotitas en las muñecas y nos miramos en el espejo la sonrisa renacida. La alegría inspirada. Llenando el pecho. Y a chorros, la derramamos, mojándonos la camisa, salpicándonos de infancia. Perfumaditos de esperanza. Nos echamos a la calle, haciendo un pacto con el tiempo, poniendo la cuenta a cero, zanjando memorias, a cambio de otra oportunidad. De vez en cuando la vida nos dice que sí. Y embobados la miramos por primera vez. La más lista, la más guapa del baile nos guiña el ojo y nos dice ven. Nos elige. Y nos hace mejores. Y nos vemos más altos porque crecemos. Y hasta aprendemos a bailar y a pintar, y nos importa un comino hacerlo solos, tropezar y salirnos de los bordes. De vez en cuando, cuando ya no se le espera, la vida llega con un amor debajo del brazo, para hacerse perdonar. Y nos lo deja dobladito junto al pijama, el corazón abrigado, las manos acompañadas, los labios agradecidos y una canción sonando en la radio: ‘When they begin the beguine, quiero volver a empezar’.