Hoy en día quedan pocas personas a las que no les suene el nombre de Pablo Ráez. Este malagueño dio a conocer en redes sociales la enfermedad que le estaba atacando, la leucemia, con un objetivo: llegar al millón de donantes de médula ósea en España. En 2017, con 20 años, perdió la vida, pero la batalla por su propósito continuaba, y una de las personas que decidió tomar su relevo fue la militar pacense Déborah Grau. «Lo conoció. Cuando él falleció, como su familia no quiso continuar con su lucha, habló con su tío para preguntarle si ella podía hacerlo, y le dijo que por supuesto», cuenta Kiara, su hermana mayor. 

Ahora que Deby, como le llamaban sus más allegados, tampoco puede seguir, su familia ha decidido hacerlo por ella con el lema ‘Siempre fuerte’ que viralizó Ráez y que también hizo suyo la sargento de artillería en todos y cada uno de los desafíos a los que se enfrentaba. «Este lema supone un reto en sí mismo porque implica estar siempre alegre y atento a todos y a ti mismo para conseguir lo que te propongas», tal y como hacía Déborah, explica su madre, Ana Serra: «Significa sacrificio, esfuerzo y coraje».

Esta es una de las dos finalidades de las que se compone la meta del millón de donantes que se ha marcado la familia Grau Serra. La segunda, «que cada persona cumpla su reto personal de alguna manera», está también estrechamente vinculada a la personalidad de Deby, que no dudaba jamás en apoyar a toda aquella persona que lo necesitase fuera cual fuese su dificultad. «Nosotros ahora tenemos el objetivo de luchar por el sueño de mi hermana, porque ni ella ni Pablo Ráez tuvieron tiempo de lograrlo», apunta Kiara, que reconoce, por otro lado, que a veces se hace difícil mantener esa filosofía que regía la vida de Déborah.

«Vivir este reto y llevarlo a todos los sitios donde podamos para alcanzar el millón de donantes también nos hace estar un poquito más aliviados», admite Ana. Por eso, tras la muerte de su hija, apenas tardó un mes en ponerse las zapatillas deportivas y recuperar el hábito que perdió años atrás, ya que el primer desafío que iba a llevar a cabo no se encontraba demasiado lejos: correr la maratón popular Ciudad de Badajoz que se celebrará el próximo 7 de noviembre. Participarán alrededor de 60 personas (el máximo que les han dejado por motivos sanitarios) que crearán una ‘marea azul’, el color favorito de Déborah que se plasma en las camisetas y banderas que llevan inscrito su lema.

La familia Grau Serra posa con Déborah, en el centro, que porta su camiseta y bandera de color azul que animan a donar médula. Cedida

Todas ellas pertenecen a su familia, pero no estrictamente a la de sangre, sino a la de las diferentes facetas que conformaban la vida de Déborah: amigos de los Maristas, compañeros de trabajo, de su comparsa carnavalesca Dekebais, de la Hermandad de la Soledad de la que formaba parte o de su equipo de triatlón, por poner solo varios ejemplos.

Estarán apoyados, además, por 150 integrantes del Batallón de Zapadores XI de la base General Menacho al que la propia Déborah perteneció durante 11 años y que, como cada año desde hace tiempo, participan en la carrera cantando y completamente uniformados. Cada 10 kilómetros realizarán relevos, y en el último tramo 50 caminantes aprovecharán para unirse y así llegar todos juntos a la meta.

En un principio, la idea es dar una vuelta al circuito, que sumaría los 21 kilómetros de los que consta una media maratón, aunque cada uno llegará hasta donde pueda: Ana (que da las gracias a quienes nada más que ponen facilidades para que todo salga bien, incluyendo la FMD) está convencida de que logrará ese mínimo objetivo; Kiara y su futuro bebé animarán desde el público; el militar que cuidó de ella hasta el final completará los 42 kilómetros.

Uno de sus compañeros incluso la hará en silla de ruedas después de haberse quedado parapléjico en un accidente de moto ocurrido pocas semanas antes de que sucediera el de Déborah: «Ella le enviaba vídeos animándolo. Le ha costado mucho la recuperación porque no se adapta a su nueva vida, pero ahora dice que por encima de todo va a intentar correr».

Información

Durante el transcurso de esta aventura en la que se embarcaron hace ya varios meses, la familia Grau Serra se ha dado cuenta del desconocimiento que hay respecto a la donación de médula: «Necesitamos motivar, y, para ello, una de las misiones de nuestros perfiles en Instagram -@yoluchoporelmillon- y Facebook -Yoluchoporelmillon Grau- es informar, porque hay gente que no sabe que la donación de médula ha evolucionado tanto que es súper segura. Muchos piensan que te puedes quedar paralítico o que es una punción lumbar y, sin embargo, en un porcentaje muy alto, casi en el 94% de los casos, ni siquiera te quitan sangre, simplemente la filtran para coger las células madre del torrente sanguíneo», aclara Kiara.

Por eso, animan a todas las personas a donar y a participar en su reto. Los que estén interesados en hacerlo, solo tienen que llamar al número de teléfono 600 096 826. Allí les podrán facilitar camisetas y resolver todas las dudas que les surjan sobre un asunto del que, por circunstancias tremendamente desafortunadas, controlan ya bastante: «Nadie pudo hacer nada por la vida de Déborah, así que a ver si nosotros logramos salvar alguna».