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Están en 80 pueblos de la provincia y 40 puntos de extracción de la ciudad

El 'alma' de la sangre donada

La Hermandad de Donantes de Badajoz celebró ayer el encuentro de sus colaboradores, que trabajan incansables en los pueblos para animar las donaciones y preparar las colectas

El 'alma' de la sangre donadaANDRÉS RODRÍGUEZ

Como se cuida a los pacientes que requieren la máxima atención durante su enfermedad, hay que «mimar» a los donantes de sangre porque gracias a su regalo salvan vidas, sin olvidar a quienes de manera altruista trabajan incansablemente animando las donaciones, colocando carteles de la colecta, avisando a los donantes y procurando que todo esté listo el día de la extracción abriendo y acondicionando el local. Una labor que ha sido más crucial, si cabe, durante la pandemia. Ellos son los colaboradores, el «alma» de la donación de sangre, como los define Lola Durán, presidenta de la Hermandad de Donantes de Sangre de Badajoz, que ayer los reunió para animarlos, unificar criterios y poner en común sus preocupaciones.

«En los pueblos estáis promoviendo la cultura de la donación con el boca a boca, en las familias, llevando a las donaciones a los niños, que serán los futuros donantes», dijo la presidenta durante el encuentro, en el que participaron el consejero de Sanidad, José María Vergeles, el director general de Asistencia Sanitaria, Vicente Alonso, la gerente del Área de Salud de Badajoz, Irene Manjón, y Esperanza Fernández, directora del Banco de Sangre de Extremadura, así como la concejal pacense Hitos Mogena. Todos agradecieron la ayuda incondicional, desinteresada y altruista que los colaboradores ofrecen «sin pedir nada a cambio, destacó Fernández.

Por su parte, Vicente Alonso, en su intervención, pidió la colaboración con un programa móvil que se quiere iniciar de donación de plasma (plasmaféresis), que ahora se realiza en el Banco de Sangre pero es muy limitado y se pretende llevar esta técnica a cada localidad. Una petición que la hermandad conoce pero que todavía no ha debatido para tomar una decisión, porque supondría «otro pinchazo» a los donantes.

También Lola Durán aprovechó para solicitar al consejero que en las bolsas de las transfusiones que reciben los enfermos en los hospitales, aparezca el mensaje del valor que representa la donación y que el gesto de los donantes permite salvar vidas, para así animar a sus familiares y acompañantes a donar.

80 pueblos

La hermandad de Badajoz tiene colaboradores en los 80 pueblos que abarca y 40 puntos de extracción de la ciudad (centros de salud, colegios, facultades, centros de trabajo, organismos oficiales y otros). Ayer tuvieron la oportunidad de exponer sus cuitas. Que se les escuche, ese es el mejor de los reconocimientos, según defendieron. A todos los une un compromiso con la hermandad.

Candelaria García.

Un ejemplo de compromiso es Candelaria García González, colaboradora en Torre de Miguel Sesmero. Empezó con 20 años. Ahora tiene 40. La hermandad se puso en contacto con ella porque ya era donante y le propusieron que fuese coordinadora de su pueblo. En aquel momento el Banco de Sangre todavía no iba a su localidad, sí a otras de los alrededores. Se formó para conocer cuáles iban a ser sus funciones: conseguir el máximo número de donantes posibles, mantener los que ya lo son, animar a los que nunca lo han hecho y convencerlos de los beneficios.

Candelaria se encarga de repartir los carteles por su pueblo cuando se acerca la fecha de una colecta, lo anuncia en la radio y tiene grupos de Facebook y de Whatsapp para avisar «y movilizar a la gente». El día de la extracción está pendiente de los donantes, les entrega las fichas que tienen que rellenar, les informa si son nuevos y los atiende hasta que pueden marcharse a casa.

Cada vez que el Banco de Sangre se acerca a Torre de Miguel Sesmero recoge una media de 60 bolsas. «Está muy bien porque es un pueblo de 1.200 habitantes». Esa mujer no dudó a la hora de decidir que sería colaboradora de la hermandad. «Yo era donante y estaba muy concienciada con la necesidad, pues sin sangre no se podrían hacer operaciones y hay personas que la necesitan a diario». Una vez que se toma la decisión «es un compromiso de por vida». Todos ellos lo saben.

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