La semana pasada se cumplieron dos años desde que empezó a funcionar en Badajoz el servicio de alquiler de vehículos eléctricos por minutos Minits y, a pesar de las dificultades iniciales pues sus comienzos coincidieron con los de la crisis sanitaria y el confinamiento, sus incondicionales no han dejado de crecer hasta convertir esta iniciativa en imprescindible para la movilidad urbana sostenible en esta ciudad. Minits cuenta con más de 13.500 usuarios activos y subiendo, según su director, Fernando Blázquez. 

Minits es un servicio del centro especial de empleo SIE 2000, del Grupo Ruiz, al que también pertenece Tubasa, la concesionaria de los autobuses urbanos. Los Minits son cuadraciclos biplaza que funcionan con una aplicación móvil con la que se localizan, reservan y empiezan a usar. Hay 50 vehículos operativos y la idea de la empresa es sumar de 100 a 150 más a su flota, si se resuelve el problema actual de suministros. 

La creciente cifra de usuarios significa que hay más de 13.500 personas en Badajoz que en cualquier momento pueden coger estos vehículos, porque se han bajado la aplicación y se han verificado como clientes, con lo cual la proporción es de 270 usuarios por vehículo. Demasiados. Hay zonas de la ciudad en las que suele haber coches más habitualmente, «pero lo que queremos es que sea un servicio recurrente, que se utilice para las labores diarias, laborales, o de traslado a los actividades extraescolares». Para ello, la flota tiene que crecer pues los usuarios necesitan la seguridad de que van a tener vehículos a su disposición «Ahora mismo es complicado, porque hay tantos usuarios que no siempre se tienen disponibles cuando se quieren, y es lo que intentamos paliar aumentando la flota», reconoce el responsable.

Incrementando los vehículos podrían cubrir más zonas de influencia de la ciudad, sobre todo del extrarradio, como Las Vaguadas, Cerro Gordo, La Pilara o Llera, donde hay mucha población a la que no pueden llegar con una flota tan reducida. Que un barrio se encuentre fuera de la zona Minits significa que no se pueden aparcar allí estos vehículos, solo dejarse en stanby, que se paga a 7 céntimos el minuto, y no se permite cambiar de usuario. Para cerrar un alquiler el usuario tiene que devolverlo a la zona Minits.

El director de este servicio sostiene que están abiertos a sugerencias, que siempre se atienden y se toman en serio «porque todo consejo es bueno y nos hace mejorar». De hecho, la petición que más se repite, casi a diario, es la de ampliar las zonas de influencia. Tantas han sido que les demuestra que la demanda es real. 

Las circunstancias del mercado internacional no permiten a la empresa calcular plazos ni saber de cuántos vehículos podrían disponer ni tampoco las mejoras que podrían incorporar, pues ningún proveedor se compromete a poner fecha. «Nuestra idea de ampliar es firme pues ya hemos hecho el estudio para incrementar la flota en estas unidades», recalca Blázquez, aunque no depende de ellos. Tienen sobre la mesa varios prototipos pendientes de que los fabricantes les den alguna seguridad. El sistema sería el mismo, la operatividad y la aplicación.

A pesar de ser vehículos que están permanentemente en la calle y a la intemperie, Fernando Blázquez asegura que sufren «muy poco» vandalismo. Él achaca este buen comportamiento a que los ciudadanos están muy concienciados del carácter social de este proyecto, por tratarse de un centro especial de empleo, con trabajadores con discapacidad, que además destina un porcentaje a la asociación Atabal para sus iniciativas en Sierra Leona.

En estos dos años Minits ha mantenido los precios y la subida de la electricidad no ha repercutido en los usuarios. Es más, Blázquez apunta que el incremento imparable del precio de los combustibles está provocando una mayor demanda de estos coches de alquiler por los ciudadanos, en detrimento de los vehículos privados particulares, porque les resultan menos gravosos.

Aunque se tiende a identificar este servicio con jóvenes universitarios (representan el 30%), sorprendentemente hay usuarios de hasta 92 años. Un 10% son personas mayores de 65 años, habituales en el alquiler de estos vehículos, sobre todo en días laborales, por la comodidad que suponen. También es una herramienta más de algunos negocios para sus trámites.