El piso lleno de excrementos de perro, la nevera invadida por cucarachas y gusanos, muebles rotos, puertas mordidas y arañadas y la mayor parte del mobiliario robado. Este es el infierno que se encontró Ángel Morera a principios de este mes tras acceder al piso que tenía alquilado en la avenida Corte de Peleas de Badajoz.