Planta invasora

El Guadiana en Badajoz se tiñe de verde

Con la ola de calor ha explosionado el nenúfar

Esta imagen se repetirá al menos dos veranos más, pues hasta 2028 no se habrá deslodado el tramo urbano

Su presencia limita prácticas deportivas

Manchas de nenúfar en el Guadiana a su paso por Badajoz. La foto es de ayer.

Manchas de nenúfar en el Guadiana a su paso por Badajoz. La foto es de ayer. / Andrés Rodríguez

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Badajoz

El Guadiana a su paso por Badajoz está cubierto de verde. Las elevadas temperaturas que se están soportando en el inicio del verano han propiciado la explosión del nenúfar mejicano, la planta invasora contra la que ya existe un proyecto de erradicación que, si se cumplen las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), arrancará a finales de octubre, en función de las condiciones meteorológicas.

El proyecto consiste en el deslodado del río para retirar todas las manchas de la planta, a lo largo de 25 kilómetros, que se dividirán en cuatro tramos, en los que se irá interviniendo de forma progresiva. La parada biológica limita las intervenciones en el río al periodo invernal, de octubre a primeros de marzo. La obra se prolongará durante seis años. El primero (de octubre de 2025 a marzo de 2026) en el río Gévora, arroyo de la Cabrera y Brazo Jamaco. El segundo, en el Guadiana desde aguas arriba de la autovía A-5 hasta el puente de la Autonomía. Será a partir del tercer año (octubre de 2027 a marzo de 2028) cuando se intervenga en la zona urbana, entre el puente de la Autonomía y el Real. Si se cumple el cronograma, el verano de 2028 será el primero en el que el río urbano no estará cubierto de verde. El cuarto año se continuará desde el puente Real hasta el azud de la Granadilla. El quinto, hasta la frontera con Portugal y el sexto, se retirarán los sedimentos del tramo anterior.

El en el azud de La Granadilla se están acometiendo obras de permeabilización.

El en el azud de La Granadilla se están acometiendo obras de permeabilización. / Andrés Rodríguez

Entre tanto comienza esta obra de envergadura, la CHG decidió permeabilizar los dos azudes para evitar la acumulación de sedimentos. La obra en La Pesquera terminó y se sigue trabajando en el azud de La Granadilla que, según informa la Confederación, se está ejecutado según los plazos y la programación prevista. Se ha desviado ya el emisario de Badajoz y están con los trabajos de hormigonado de la parte inicial del canal de entrada donde van las compuertas.

Además, se siguen vigilando las orillas para el control de las semillas del camalote, una planta invasora que no se eliminó, pero si está controlada gracias a este seguimiento permanente. En cuanto al nenúfar, no se controlará hasta que se lleve a cabo el proyecto de deslodado. Se podría optar por el segado, pero la CHG no lo hace de manera ordinaria, sino a demanda, a petición de colectivos o del ayuntamiento con motivo de competiciones u otras actividades en el río.

«Impracticable» para pescar

Prácticas deportivas como la pesca o el piragüismo se ven condicionadas por el nenúfar. Según Manuel Manzano, presidente de Amigos del Guadiana, «ahora mismo el río a su paso por Badajoz está impracticable para la pesca en casi todos los márgenes». Manzano apunta que a la presencia del nenúfar hay que sumar que el nivel del Guadiana es muy bajo, lo que hace muy difícil la práctica de la pesca. «Para competiciones está completamente desechado», señala y remarca que todas las competiciones se están trasladando a Mérida o a los embalses de Nogales o de Olivenza. Por ejemplo, en agosto se celebra un mundial de pesca en Mérida en las categorías de infantiles, juveniles y U-25. «El nenúfar es un impedimento más que notorio para cualquier práctica deportiva, la pesca y también el piragüismo».

«Nos preocupan más los seis años que vamos a pasar sin poder remar»

En el Club de Piragüismo de Extremadura no ven, sin embargo, que el nenúfar sea un problema para navegar. Solo si se produce un vuelco, por la dificultad que supone alcanzar la orilla. Su presidenta, Belén Rey, señala que «hay mucho río y nosotros no vamos a dejar de remar, porque buscamos sitios». Incluso dice que la presencia de esta planta les «viene bien». La razón es que «así la gente tiene más habilidad, porque tiene que esquivar más». La «única» dificultad es la de acceso a las orillas en caso de caer al agua. «Es lo que nos condiciona más». Es cierto, que conociendo la presencia del nenúfar «buscamos sitios en los que si hubiese un vuelco tengamos buen acceso». De todas formas, no es habitual que ocurra. El club continúa su actividad en verano y hasta se incrementa, porque el frío del invierno retrae.

Sí reconoce Belén Rey que la presencia de esta planta impide que se organicen competiciones y el segado no es una solución, «porque cuanto más se corta, más crece». Saben de todas formas que esta situación se resolverá, porque existe un proyecto de erradicación. Llegados a este punto, ahora les inquieta más que se vacíe el río, porque cuando eso se produzca, sí que no podrán practicar este deporte. «Eso me preocupa más: los seis años que vamos a pasar sin poder remar». Ya están pensando en alternativas para poder salir a navegar este tiempo. Aún no lo tienen claro. Como el río.

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