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72 años escalando | Carlos Soria Alpinista octogenario

Carlos Soria, alpinista octogenario: «El mejor momento lo pasé yo solo en la cumbre del Everest»

Comenzó con 14 años en el mundo de la escalada y tras 72 en este mundo ha logrado subir las 14 grandes montañas

VIDEO | Entrevista a Carlos Soria: "El mejor momento lo pasé yo solo en la cumbre del Everest"

Santi García

Jonás Herrera

Jonás Herrera

Badajoz

Carlos Soria (Ávila, 1939) es toda una institución en el mundo de la escalada. Desde hace 72 años, tiene 86, practica el alpinismo. Su pasión por este deporte le llegó de la mano de un íntimo amigo durante unas vacaciones cuando era un adolescente. Ha logrado ascender a la cima de 12 de las 14 grandes montañas en las que ha estado. Si tuviera que quedarse con un momento único, disfrutar durante un tiempo de la cumbre del Everest a la que subió totalmente solo. Ayer presentó su documental '72 años subiendo montañas' en Fundación CB en Badajoz.

  • Comenzó a escalar cuando era solo un niño, ¿cómo surge su pasión por el alpinismo?

Nací en la pura miseria. Se estaba acabando la Guerra Civil Española y mi niñez fue muy triste, con mucha hambre. Lo peor de todo vino después, la posguerra. Empecé a trabajar a los 11 años porque en aquella época era más importante comer que ir al colegio. Tenía que ayudar en casa. A los 14 trabajaba como tapicero y teníamos vacaciones. Por casualidad un amigo mío y yo nos fuimos a pasar las vacaciones a la Pedriza en Madrid. Fuimos con una lona, dos palos y unas mantas. Fue entonces cuando dije: 'Esto es lo mío'. Desde entonces no he parado de ir a montañas por todo el mundo.

  • ¿Cuál fue su primer gran reto?

Mi primer reto fue deportivo fue, precisamente, esa primera vez. Pasé 15 días en La Pedriza con mi amigo Antonio Riaño. Conocimos a una gente, nos llevó a un refugio que había de Peñalara, subimos hasta cerca del Yelmo. A partir de ahí, vimos que eso nos encantaba y ahí sigo.

  • A lo largo de estos 72 años habrá tenido muchísimos obstáculos, ¿cuál ha sido el momento más duro que ha vivido en la montaña?

El momento más duro que he vivido en la montaña fue cuando tuve un accidente en el Dhaulagiri. Un sherpa se cayó, nos arrastró a tres personas y yo me partí la tibia y el peroné de la pierna derecha. Fue muy duro, muy complicado para salir de allí. Estábamos muy alto, a más de 7.400 metros. Me bajaron al principio arrastrando, luego vinieron unos polacos maravillosos, fortísimos y trajeron una camilla. Eso sí, la primera parte que era travesía iba atado con cuerdas y con la pierna partida. Aquellas primeras cinco horas que tardamos en ponernos cuesta abajo fueron terribles, pero bueno, aquí estamos.

  • ¿Y si hablamos de su mejor momento en la montaña?

He tenido muchos buenos momentos, muchísimos. He visitado muchas montañas por el mundo, pero si tengo que quedarme con uno fue cuando estuve solo en la cumbre del Everest. Aquello fue muy grande, muy bonito. Disfruté viendo todo lo que había a mis pies, que había mucho mundo y disfruté aún más por haber conseguido subir a ese ‘montañón’ yo solo. Fui con un sherpa que no funcionaba muy bien, se quedó bastante abajo y yo seguí hasta la cumbre.

  • Ha conseguido subir las montañas de más de 8.000 metros, ¿cómo surge ese reto de subir las 14 cimas más altas del planeta?

No pensaba en las 14, pensaba en subir montañas y si podía hacer las 14 bien pero tampoco era una persecución por las 14. A mí me gustaba subir montañas, escalar, no siempre iba a subir montañas altas, he escalado mucho en los Alpes, en hielo y en roca, mi vida ha estado siempre en el trabajo. Con la familia, pero en la montaña.

  • Hace muy poco consiguió otro hito, conmemoró los 50 años de su primer ascenso al Manaslu de Nepal, ¿cómo fue la experiencia?

Fue muy bonito, con mi amigo Luis Miguel López Soriano, que es cámara y buen compañero de hace muchos años, subimos los dos y fue una ascensión magnífica, celebrando mis 86 años. Tuve un percance en este viaje, tengo una prótesis dental en el cielo de la boca y se me partió por la mitad. Y bueno, pues sí, lo pasé un poquito justo. Me ponía un espadrapo pero no se sujetaba.

  • Dicen sus colegas de pasión que cuando se siente el veneno del alpinismo es muy difícil salir de él…

No es un veneno, es una maravilla. Es viajar, es hacer ejercicio maravilloso, es subir montañas y conocer otros mundos distintos al tuyo. He tenido la suerte de estar en Alaska, de estar en sitios muy especiales y bueno, estoy muy contento de mi vida, desde el principio hasta hoy. En mi documental, precisamente, enseño cómo han sido mis 72 años disfrutando de la montaña.

  • ¿Cuál es la clave para seguir estando, seguir subiendo, seguir logrando tanto éxito?

Bueno, pues que te guste lo que haces y que no lo hagas por otra cosa. Yo lo hago porque es mi pasión y eso lo que me gusta. Viajar y subir montañas, eso es maravilloso y nada más.

  • ¿Qué consejo le daría a esos niños de 14 años que comienzan en este mundo?

Que disfruten de los 14 años que tienen, que no se vuelve a repetir. Que hagan algunas tonterías, pero siempre dándose cuenta de que están haciendo tonterías. Que digan: ‘Nos estamos pasando un poco’. Pero es que también hay que hacer alguna tontería en la vida cuando eres joven. Pero ante todo, que sepan dónde están siempre, dónde van y dónde quieren ir. Eso es importante.

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