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Animales urbanos

Los pavos reales de Castelar también salen de paseo: aparece uno en San Fernando

El Ayuntamiento de Badajoz confirma que estas salidas son habituales y que las aves regresan por su cuenta a su hogar en el parque

Un inesperado visitante sorprende a los vecinos de San Fernando.

Un inesperado visitante sorprende a los vecinos de San Fernando. / Aitana Cabrera

Claudia Goyeneche

Claudia Goyeneche

Badajoz

Un inesperado visitante ha sorprendido esta semana a los vecinos de San Fernando. Tenía plumas y vestía colores vivos: ha sido un pavo real de Castelar que paseaba tranquilamente por las calles del barrio, ajeno al tráfico y a las miradas curiosas de quienes se lo cruzaban. La imagen del ave cruzando cívicamente por un paso de peatones no ha tardado en difundirse por las redes sociales, donde decenas de usuarios aseguran haberlo visto.

Pese a que es una aparición poco habitual, desde el Ayuntamiento de Badajoz explican que estos pequeños viajes no son tan raros como parecen. “Los pavos se mueven bastante a menudo y casi siempre regresan ellos solos al parque”, confirman fuentes municipales. Estas salidas suelen deberse a ruidos fuertes, búsqueda de alimento o simple curiosidad, ya que los animales cuentan con un gran sentido de la orientación y saben volver al entorno que reconocen como su hogar.

No se deben tocar

Los pavos reales de Castelar llevan décadas formando parte del paisaje del parque. Muchos pacenses los recuerdan desde su infancia, y su presencia se ha convertido en una seña de identidad de este espacio de la ciudad.

Cabe recordar que, aunque se trate de una escena llamativa, no se debe intentar tocarlos ni seguirlos, ya que son animales sensibles al estrés y pueden asustarse con facilidad. En caso de ver alguno fuera del parque, lo recomendable es mantener la distancia y avisar a la Policía Local si el animal parece desorientado o corre peligro.

No es la primera vez que alguno de estos elegantes vecinos se da un paseo por su cuenta. En otras ocasiones, han sido vistos en calles cercanas como la avenida de Colón o la zona de Menacho, siempre regresando después por su propio pie (o mejor dicho, por sus garras).

En esta ocasión, el protagonista fue visto cruzando tranquilamente una acera en el puente de la Universidad, al lado del Hotel Río, mientras los coches circulaban a pocos metros. Una escena tan insólita como entrañable que demuestra que, en Badajoz, incluso los pavos reales salen de paseo.

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