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El recuerdo de 1997

Se cumplen 28 años de la riada en Badajoz: "Necesitamos pasar página"

Vecinos de Cerro de Reyes reivindican que las viviendas que están abandonadas y que no van a rehabilitarse, se retiren definitivamente

El ayuntamiento anuncia que se está elaborando el proyecto para mejorar y ampliar el parque del Rivillas y el Calamón

Vecinos afectados por la riada de Badajoz en 1997.

Vecinos afectados por la riada de Badajoz en 1997. / Santi García

Rebeca Porras

Rebeca Porras

Badajoz

Han pasado 28 años desde aquella madrugada del 6 de noviembre de 1997 en la que el agua se llevó calles, coches y vidas en cuestión de minutos, pero en el Cerro de Reyes de Badajoz, el recuerdo sigue siendo nítido.

La riada del Rivillas y el Calamón dejó más que barro y destrucción, dejó una cicatriz que el tiempo no olvida. "No te sueltes, por favor no te sueltes", le decía Montserrat Escudero -una de las vecinas afectadas- a su hijo pequeño de 7 años esa noche, mientras sostenía en brazos a su otra hija de solo 2 años. Entonces vivían en la calle Tulipán, justo al lado de la unión de los dos arroyos.

“No dejaba de llover, aquella noche le dije a mi marido: ve a tirar la basura y cuando regresó, el arroyo ya venía casi hasta arriba. Lo único que me dijo fue: coge a los niños y vámonos de aquí". Pero ya era tarde. Cuando quisieron salir, ya tenían el agua por las dos calles. "Estábamos en un tapón, no sabíamos por qué lado tirar. El coche no nos arrancaba. Tuvimos que ir por toda la calle sin luz, con mi bebe en brazos, recién sacada de la cuna y ahí fuera venían todas las cosas volando”.

“Mi hijo tenía siete años y sólo recuerda cuando salimos a correr hacia la calle, no quiere hablar más de ese día. Yo le decía que no se soltara una y otra vez"

Montserrat Escudero

— Vecina afectada por la riada en el Cerro de Reyes.

Eran las doce de la noche aproximadamente. “No pudimos meternos en ningún lado. Nada más que en casa de mi suegra, donde no llegó el agua. A mi casa le entró unos metros. Nos la arreglaron y volvimos a meternos otra vez, hasta que al año aproximadamente decidieron tirar esas casas y traernos aquí, al Paseo de la Radio. Perdimos todo lo que estaba en la parte baja”.

Cuenta también cómo le afectó a su hijo mayor. “Mi hijo de siete años recuerda cuando salimos a correr a la calle y para de contar, no quiere hablar más de ese día. Recuerdo decirle que no se soltara una y otra vez", dice con la voz entrecortada. “Yo los días así, como el de hoy, me pongo fatal de los nervios. O sea, yo ahora mismo estoy que me subo por las paredes. De hecho, estoy con pastillas”.

Muy cerca, en la misma avenida, vive Carmen Rosillo. Ella no vio inundarse su casa, pero vivía muy cerca, en la calle Arroyo Calamón y el agua, recuerda, “se quedó como a cuatro dedos de la ventana”.

Barriada de Cerro de Reyes en la actualidad (Badajoz).

Avenida Arroyo de Calamón en el Cerro de Reyes (Badajoz). / Santi García

“Nos llamaron los vecinos, salimos corriendo a la calle. Entramos a coger la documentación y lo más necesario. Lo tengo aquí aún grabado: lo primero que vi, una lavadora flotando. O sea, era algo tremendo”. “Nunca te piensas que va a ser tanto. Un río que parecía que iba normal, ¿cómo de pronto se puede venir aquí y hacernos esto?”, se pregunta todavía.

Con emoción dice que "la solidaridad de toda la ciudad fue algo fabuloso, pero muy duro. Al día siguiente, no parecía que hubiese habido una riada. Parecía que nos habían bombardeado directamente", y aún conserva un recuerdo estremecedor: “Ese último chillido no se te olvida, de alguien que pedía ayuda… pero que dejó de gritar”.

Carmen tenía entonces 43 años y estaba en casa como cualquier día, cenando con sus dos hijos adolescentes. "Hay algo que no se me borra de la memoria: “Los perros del jardín, aquella tarde, no dejaron de ladrar”.

Otro de los vecinos que vivió aquella noche, Ramón, recuerda claramente como empezó todo. “Estaba viendo un partido de fútbol por la tele, con mi hermano y otros amigos. Lo que sucedió después fue un verdadero espanto".

“No nos lo pensamos -cuenta-, cogimos una barca hinchable de aire y rescatamos a una mujer mayor que estaba con una niña de unos ocho años. Las sacamos a las dos del agua, se abrazaron a nosotros… les salvamos la vida”.

Manuel Pérez, uno de los vecinos de barrio, se asoma desde el puente al río Rivillas.

Manuel Pérez, uno de los vecinos de barrio, aprecia la crecida del río desde el puente. / Santi García

Relata que siguieron prestando ayuda durante horas. “Ayudamos a más personas, hasta las siete de la mañana y puedo decirte que no vimos a ningún policía por allí, quitando a dos municipales que estuvieron con nosotros. Fue una pasada, pero gracias a Dios a mi familia la lluvia no le afectó”, concluye, todavía conmovido.

“Aquello fue una cosa anormal… todos los que se fueron los conocíamos”

Juan Rodríguez

— Vecino afectado por la riada de Badajoz en 1997.

Juan Rodríguez tenía entonces 40 años y vivía con su mujer y sus cuatro hijos en una casa baja de la calle Alonso Cardenal Cano. Aquella noche, cuando el agua comenzó a subir, se refugiaron en el piso de arriba. Más tarde fueron rescatados por Protección Civil.

Regentaba una zapatería, llamada 'Carmen', en la calle San Vicente de Paúl. “El agua entró en la zapatería y afectó también al almacén. Nunca la recuperé”, recuerda con tristeza. Tras aquella riada, su vida cambió por completo: continuó trabajando como vendedor ambulante en el mercadillo de Badajoz.

“Aquello fue una cosa anormal… todos los que se fueron los conocíamos”, dice con la voz contenida.

Reivindicaciones vecinales

Desde la asociación vecinal, su presidente, Miguel García, reivindica que las viviendas que están abandonadas y en ruinas y que no se pueden rehabilitar, se derriben definitivamente. Entre otras, se refiere a las casas situadas en la calle Margarita y en la calle El Chopo. Además, el representante de los vecinos pide una zona de juegos infantil en la barriada. Recuerda que el parque que había en la plaza Juan Ramón Jiménez desapareció: “se lo llevaron a La Pilara en el año 2022 y desde entonces no tenemos un parque para que jueguen los niños”, lamenta.

García también solicita la creación de un circuito de BMX en las inmediaciones del pabellón Antonio Domínguez, un proyecto que “anunció hace años el ayuntamiento pero que no salió adelante y le daría mucha vida al barrio”.

Por otro lado, recuerda que mañana día 6 por la tarde, a las 19:00 horas, se celebrará una eucaristía en la parroquia de Jesús Obrero para recordar a las víctimas de la riada. Expresa que, aunque “el recuerdo sigue vivo, los vecinos necesitan pasar página”.

Ampliación del parque del Rivillas y Calamón

Con el objetivo de recuperar las parcelas que han quedado vacías tras demoler las viviendas afectadas por las inundaciones de 1997, el concejal de Parques y Jardines, Rubén Galea, ha recordado que el Ayuntamiento de Badajoz ampliará el parque del Rivillas y el Calamón "para dar continuidad al que tenemos a lo largo de las cuatro orillas de los márgenes de estos dos arroyos, en zona de actuación de la riada" y ha adelantado que en estos momentos "se está elaborando el proyecto".

“Se trata de dos solares que están justo al lado de la autopista, cuando cruzamos el puente sobre ambos ríos. En concreto, son los que lindan con las calles de José María Giles Ontiveros y Camino de Calamón. Es un espacio de 25.000 metros cuadrados. Esto lo aprobamos en el pleno extraordinario del 4 de agosto”, detalla. En ese pleno, indica el concejal, se habilitó un crédito por importe de 400.000 euros de presupuesto y tras la elaboración del proyecto, "vendrá la licitación pública y luego se hará la obra”, afirma.

Solar que se rehabilitará dentro del proyecto de ampliación y mejora del parque Rivillas y Calamón.

Solar que se rehabilitará dentro del proyecto de ampliación y mejora del parque Rivillas y Calamón. / Santi García

Según Galea, la actuación se centrará en “estos dos grandes solares que están a ambos lados de la autopista” y el proyecto “consistirá en hacer unos caminos que comuniquen la barriada de Pardaleras, Antonio Domínguez y Cerro de Reyes con los parques existentes en el Rivillas y Calamón”.

El concejal afirma además que la intervención “servirá para dar continuidad al acondicionamiento vegetal de la zona con árboles autóctonos, sobre todo olivos, encinas y árboles de este tipo y también con plantas arbustivas autóctonas de Extremadura”. Con esta actuación, subraya, “ganamos más zonas verdes para la ciudad, actuando en zonas de exclusión de la riada y transformando esa zona, a través de los resultantes del derribo de las viviendas afectadas, en parques para el disfrute de los ciudadanos”.

Una actuación que, según sus palabras, “agradecen los vecinos de la zona, porque esos solares se transformarán en zonas verdes, que es como vienen establecidas en el Plan General Municipal”. "Gracias a esta obra que hemos aprobado el pasado agosto, vamos a acometer esa demanda ciudadana. Y al final va a ganar Badajoz en todos los aspectos, porque también es una zona muy de paso, con la autopista, que es la avenida de la ciudad que tiene mayor tránsito también de vehículos”.

"Un simple parche"

Por su parte, el PSOE de Badajoz, coincidiendo con el aniversario de la riada, ha criticado que 28 años después, el PP “mantiene abierta la herida”. “Han pasado 28 años y cuatro alcaldes -Gragera con Ciudadanos y con el PP por partida doble- y la realidad es que el ayuntamiento ha hecho siempre lo menos posible en inversión”, afirma Silvia González, que recuerda que desde 2019 no se ha invertido ni un euro en la recuperación de los terrenos de la riada y que lo único presupuestado hasta la fecha son 400.000 euros, una cantidad que apenas alcanza el 15 % de la superficie pendiente de rehabilitar.

Para el PSOE, esa inversión es mínima “el parque no puede presentarse como una solución, sino como un simple parche”. Los socialistas esperan que, al menos, se ejecute el próximo año y no vuelva a quedar en el papel, porque la zona “merece una intervención definitiva, seria y comprometida, sin más cantos de sirena ni titulares vacíos”.

En cuanto al gesto de bajar la bandera a media asta, la portavoz socialista sostiene que “siempre es bueno honrar a las víctimas, pero a estas alturas se espera algo más”.

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