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Iniciativa para la concienciación ciudadana

La otra cara de los enfermos de parkinson en Extremadura: "Sufrimos ansiedad, depresión y alteraciones del sueño"

La Asociación Regional Parkinson Extremadura pone en marcha una campaña de sensibilización para dar a conocer a la población los problemas de salud mental asociados a esta enfermedad

Vídeo | La asociación extremeña de Parkinson muestra la otra cara de la enfermedad

El Periódico Extremadura

Mérida

¿Sabías que...? Entre el 20 y 50% de los enfermos de parkinson convive con la depresión; un tercio tiene ansiedad; más del 15% presenta dificultades para controlar sus impulsos; en un alto porcentaje sufren alteraciones del sueño REM; y que entre el 40 y 50% puede experimentar sintomatología psicótica. Pues bien, estos son algunos de los síntomas neuropsiquiátricos que pueden presentarse en el transcurso de la enfermedad y volver altamente incapacitantes a las personas afectadas, así como provocar interferencias negativas en distintos ámbitos de su vida como el social, familiar o laboral. Es necesario mirar más allá de los síntomas visibles y construir entre todos una comunidad donde la salud mental sea una prioridad.

Con motivo de que hoy, 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, desde la Asociación Regional Parkinson Extremadura han puesto en marcha la campaña de sensibilización 'El parkinson no define mi salud mental' para dar a conocer a la población los problemas de salud mental asociados a esta enfermedad y las consecuencias de los mismos. Esta iniciativa está enmarcada en el proyecto que iniciaron hace dos años 'Atendiendo a la salud mental en el parkinson y otras enfermedades afines', financiado por la Diputación de Badajoz. Y es que normalmente, el parkinson se relaciona con síntomas motores como la rigidez, la inestabilidad o los temblores, pero poco se habla de otros no motores que alteran la calidad de vida de quienes sufren la enfermedad.

Romper prejuicios

A través de la campaña, se pretende sensibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre esos síntomas menos conocidos que a menudo van acompañados de prejuicios y estigmas. El hecho de presentar parkinson acompañado de un problema de salud mental provoca en las personas afectadas sensación de soledad e incomprensión por parte de la sociedad. "Ya de por sí una persona que vive con parkinson tiene que convivir con una serie de prejuicios y, si encima le sumamos que tiene algún tipo de problema de salud mental, pues esos prejuicios se intensifican", advierte la psicóloga de la asociación Alba Guisado.

En este sentido, explica que aparte de los síntomas ya mencionados, se pueden dar otros trastornos que surgen como efectos secundarios de la medicación, como pueden ser las alucinaciones y los delirios. Los enfermos también pueden llegar a tener comportamientos compulsivos a nivel sexual, de consumo y juego patológico, además de alteraciones cognitivas y presencia de conductas suicidas. "Esos cambios de humor o esas alteraciones neuropsiquiátricas repercuten en el ambiente familiar e incluso llegan a producir cambios en el rol que desempeña cada persona a nivel familiar, porque hay personas que se tienen que volver cuidadoras, por así decirlo", apostilla.

Ayuda de la asociación

Habitualmente, estos síntomas se ven enmascarados por la sintomatología propia y características de esta enfermedad, por lo que es necesario darlos a conocer para que se puedan identificar y tratar a tiempo. Por todos estos motivos, en la asociación extremeña disponen de numerosas herramientas que permiten a los enfermos contar con una adecuada red de apoyo, disponer de la información necesaria sobre la enfermedad, recibir terapias y apoyo grupal, además de sentirse integrados en la sociedad o tener la sensación de compañerismo. Al final se trata de que los diferentes recursos con los que cuenta la asociación ayuden a paliar esas emociones de las personas afectadas y, a su vez, sirvan de apoyo para que sus familias superen mejor el día a día.

La psicóloga explica que a nivel individual se trata la sintomatología del paciente que tiene depresión o ansiedad, por ejemplo, para «intentar romper ese tipo de pensamientos automáticos que tienen en su día a día». A nivel grupal, se trabaja mucho la psicoeducación, consistente en informar a la persona sobre la enfermedad, los síntomas que tienen y tratamientos que puedan ir surgiendo. «También proporcionamos herramientas de comunicación y habilidades sociales e incidimos en la toma de decisiones y resolución de problemas. Este año hemos implementado el uso del dibujo, la música y el arte para intentar que identifiquen mejor las emociones y aprendan a manejarlas», apunta.

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