ENTREVISTA
Emilio Ruíz Barrachina, director de cine: "La Pasión flamenca legada por Félix Grande me ha servido de base para el musical que estrenaré en Extremadura"
El también escritor hará una gira por la región, a la que considera "una de las grandes cunas del flamenco", como homenaje a los cantes que en su día escribió el gran poeta emeritense

Emilio Ruíz Barrachina, durante los ensayos de 'La Pasión según Félix Grande' / Cedida
Acreditado director de cine y escritor con más de quince películas, Emilio Ruíz Barrachina tiene una sólida trayectoria, desde finalista de los Premios Goya en 2011 con su documental 'Morente' hasta los cinco premios en el New York International Film Festival con su película 'Tristesse'. Hace un tiempo decidió decidió adentrarse también en el mundo del teatro, y ahora lo hace en homenaje a su gran amigo, el poeta y flamencólogo extremeño Félix Grande, autor de los cantes que dieron forma a una 'Pasión flamenca'. Barrachina llevará este musical a los escenarios de la región a partir del 20 de diciembre, con su estreno en el Palacio de Congresos de Mérida. Desde allí, el elenco de bailaores y cantaores recorrerá Badajoz, Plasencia y Cáceres durante los meses de enero y febrero, para seguir dando voz a "una de las grandes cunas del flamenco".
Este musical que va a estrenar en Extremadura parte de una 'Pasión flamenca', escrita por el extremeño Félix Grande. ¿Qué relevancia tiene y cómo surge la idea de llevarla a escena?
Félix, sin duda, fue uno de los grandes poetas de la segunda mitad del siglo XX, Premio Nacional de las Letras, miembro de la Real Academia de Extremadura de las Artes y, además, el principal flamencólogo que ha habido en España. Es muy importante y muy querido en Extremadura. Él dejó escrita esta 'Pasión flamenca' con todos los cantes, pero no es una obra poética musicalizada. Lo concibió desde el principio como flamenco puro. Es de lo último y más potente que se ha escrito en ese campo. Escribió seguiriyas, soleares, martinetes… toda la 'Pasión' estructurada por palos flamencos. Yo se la pedí para un proyecto cinematográfico, aunque solo se utilizó una parte. Ahora, junto a Paco del Pozo, que era su cantaor favorito, hemos decidido montar el musical con toda esa pasión que él escribió y la estrenaremos en Mérida, la tierra de Félix.
Han pasado ya dieciséis años desde que Grande la escribió. ¿Por qué ha decidido que ahora es el momento de devolverle la voz?
Yo mismo he necesitado madurar mucho en el mundo del teatro y la dirección escénica. Vengo del cine, y hace unos seis años comencé también a dirigir teatro y musicales. A Félix siempre le he tenido mucho respeto, además de que fuimos grandes amigos. No me había sentido con la capacidad ni con el conocimiento suficiente para abordar este espectáculo hasta ahora. Por otro lado, también esperé a que Paco del Pozo, que lleva toda la dirección musical, estuviera disponible. No quería hacerlo con nadie más: tenía que ser él, porque fue quien originalmente lo cantó. Ahora se han dado las circunstancias: él estaba libre, yo también, y por fin hemos podido hacerlo.
Félix Grande tenía una mirada muy honda sobre el dolor. ¿Qué hay de ello en estos cantes?
Creo que él entendió la 'Pasión' en una doble vertiente. Por un lado, como el hecho histórico de un Jesús que se enfrenta a la muerte; y por otro, como la pasión humana entre Jesús y María Magdalena. Por eso los dos bailaores principales representan a estas figuras: un amor imposible, la pasión humana y la cristológica confluyen en la misma obra.
Jesús carga con la cruz y con un amor imposible. ¿Es esa herida humana lo que acerca la obra al mundo contemporáneo?
Sí, creo que es perfectamente trasladable. En la vida muchas veces debemos decidir entre la obligación y el deseo. En el caso de Jesús, su obligación —morir en la cruz— pesa más que su deseo, el amor que podría sentir como hombre hacia María Magdalena. Eso nos ocurre también a nosotros. Es una enseñanza sobre el conflicto entre el deber y el sentimiento.
¿El flamenco aquí es oración o rebeldía?
Creo que, más que oración, es rebeldía. Es muy profundo, muy humano. Expresa el sufrimiento del hombre que debe enfrentarse a un destino impuesto. En ese sentido, tiene más de rebeldía que de rezo.
Decía que su trabajo ha consistido en adaptar los cantes a una obra teatral. ¿Cómo ha sido ese proceso?
Félix no dejó un guión escénico. Yo lo he escrito y he incluido textos narrados por Valentín Paredes, actor extremeño de Manchita, y también algunos poemas de Félix que quise incorporar. Había que construir una historia, articular una acción dramática. Además, el montaje tiene una parte coreográfica muy importante, porque es un espectáculo de cante y baile. He diseñado toda la acción para que los cantes y la danza cuenten una historia coherente.
Ha sido una creación muy distinta a sus trabajos anteriores...
Sí, ha sido un reto enorme. Respeto mucho la obra de Félix y también el arte flamenco. Yo soy un aficionado, no un profesional del flamenco, y he abordado el proyecto con esa humildad. Aun así, el resultado es bueno. Me he rodeado de grandes profesionales, como el guitarrista y compositor José Almarcha —curiosamente natural de Tomelloso, el pueblo donde está enterrado Félix—, y dos bailaores principales: Illeana Gómez, una de las figuras más destacadas del país, y Daniel Caballero, también excepcional. Tras un proceso de casting, ellos fueron los elegidos. Luego hay un cuerpo de baile magnífico.
¿Qué significa empezar aquí esta nueva vida de la obra?
Para mí es un homenaje. Me gustaría que también las instituciones se sumaran, porque Félix lo merece. Falleció en 2014 y no debemos perder su obra ni su memoria. Fue fundamental para el flamenco, la poesía y la literatura. Extremadura debería ser la primera en reivindicarlo como uno de sus grandes artistas. Por eso estrenamos en su tierra natal, Mérida. Después la obra irá a Badajoz, Cáceres y Plasencia, y desde ahí comenzará una gira por toda España.
¿Cómo espera que reaccione el público extremeño?
Espero que muy bien. Extremadura es una de las cunas del flamenco, y creo que entenderán y disfrutarán mucho esta obra de otro extremeño. Es una pieza profunda, tierna y visualmente muy potente, tanto musical como escenográficamente.
Si Félix Grande pudiera ver hoy esta versión completa de su 'Pasión', ¿qué cree que le diría?
Espero que estuviera contento. Félix era exigente, pero creo que estaría orgulloso. Todavía seguimos ensayando, hasta diciembre, pero el trabajo de todo el equipo está siendo impresionante. Creo que estaría satisfecho y agradecido, como siempre fue él.
En un momento donde en la sociedad prima lo inmediato, ¿hay espacio para un arte que pide detenerse, escuchar, sentir?
Me gustaría que lo hubiera más, pero también creo que este espectáculo solo pide al espectador que entre al teatro con ganas de dejarse llevar, de sentir, de pasar un buen rato. No exige un discurso intelectual ni una reflexión compleja: solo sentirlo, que es lo que proponen las buenas obras de arte.
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