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Opinión | EL CHINERO

Directora de La Crónica de Badajoz

Ríos de tinta

El PP que gobierna en Badajoz no puede dar lecciones sobre anuncios incumplidos

Abel Bautista e Ignacio Gragera, en el ayuntamiento.

Abel Bautista e Ignacio Gragera, en el ayuntamiento. / A. M. R.

Los presupuestos regionales para 2026 están cociéndose en la Asamblea de Extremadura, donde el Gobierno regional ha registrado esta semana su proyecto, sin garantías de que salga adelante. Es lo que suele ocurrir cuando se gobierna sin mayoría suficiente. Raro es que la oposición apoye unas cuentas en las que no ha participado. Lo deseable sería que fuesen capaces de negociarlas, si de verdad los moviese el interés de los extremeños. Parece ser que no.

Por primera vez, se ha acercado a Badajoz un portavoz del Ejecutivo autonómico a explicar qué partidas concretas contiene el borrador que beneficien directamente a Badajoz. Se agradece, porque evita tener que rastrear páginas y páginas de números, muchos de ellos sin epígrafe, porque corresponden a inversiones genéricas, que incluyen otras concretas para esta ciudad y sus poblados. Inevitable saltarse alguna. Cierto es que toda selección es subjetiva y quien realiza la criba parte con ventaja a la hora de establecer prioridades en su relato. De todas formas, se agradece. A pesar de tener la potestad de elegir las propuestas destacables, la intervención del consejero de Presidencia, Abel Bautista, y del alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, para desmenuzar las inversiones previstas en el presupuesto regional de 2026 para Badajoz deja claro que ninguna es nueva, todas han sido largamente anunciadas y planificadas, algunas desde hace décadas. Como suena: décadas. Para que luego se quejen de la alta velocidad. Ni el 2030 es válido, con la de veces que han mencionado esta fecha, que estaba grabada a fuego en la esperanza de los extremeños. Ahora dicen que en 2034.

Proyectos que atañen a Badajoz y sus vecinos siguen cumpliendo años de incumplimientos. Decía Gragera que «en algún caso» son «promesas, demandas y anhelos» que datan de hace más de quince años, que no han sido atendidas «hasta ahora» y sobre las que han corrido «ríos de tinta». Ningún proyecto de los incluidos en los presupuestos de 2026 es nuevo: el sexto puente que Badajoz lleva reclamándose años, como la autovía entre Badajoz y Olivenza, los nuevos colegios de Gévora y Los Ángeles (anunciado en 2017), el instituto de Cerro Gordo (que Guillermo Fernández Vara prometió en 2022), el traslado del centro de salud Los Pinos y la Escuela Oficial de Idiomas al ala derecha del antiguo Hospital Provincial, la renovación de los depósitos de La Luneta y la Ronda Sur (solo existe un tramo), la construcción del nuevo centro de menores Marcelo Nessi y la segunda fase de la nueva Facultad de Medicina. Incluida la piscina de la margen derecha, responsabilidad exclusiva del ayuntamiento, aunque la Junta ponga una parte, como siempre ha hecho, también cuando gobernaba el PSOE. Muchos de estos proyectos fueron impulsados por los socialistas. Algunos se quedaron en el anuncio. Pero ninguno es nuevo.

Al PP hay que alabarle el gusto de que al menos les haya reservado una partida en su borrador de presupuestos. Esta vez, porque no siempre ha sido así. Reconocía Abel Bautista que hay aspiraciones, como el sexto puente o la autovía de Olivenza, a las que no ponen plazo porque los trámites administrativos tienen sus tiempos y, de momento, a lo único que pueden aspirar es a la redacción del proyecto. Oído cocina.

Tampoco el PP que gobierna en Badajoz puede dar lecciones de cumplimiento de compromisos o de anuncios. Ríos de tinta han corrido con la rehabilitación del conventual de la calle San Juan, la conversión de la isla del Pico en un parque periurbano con auditorio, un segundo punto limpio en la carretera de Madrid, la puesta en uso del COC de San Roque, un espacio para asociaciones en la sede de la Policía Local de Montesinos, una piscina en Gévora, la recuperación del ala vacía del teatro López de Ayala, por no volver a mencionar la piscina de la margen derecha. Y eso que el PP en Badajoz tiene mayoría sobrada para sacar sus presupuestos cuándo y como quiera. No tiene excusas. n

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