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Opinión | A la intemperie

Abogado

Los Domingos

Un guion así, en los tiempos que corren, tan alejado de la narrativa al uso, es casi un milagro. Un guion quizá templado, sin duda templado, pero siempre luminoso, siempre rimado

‘Cinco Lobitos’ me dejó colgado de la soga. ¿Cómo es posible que aquello sucediera? Es bien sabido que nos gusta el cine que se nos parece y hasta que acabamos tratando de parecernos al cine que nos gusta. ¿Cómo pudo emocionarme tanto aquella película? Una película que trata de las tribulaciones, las angustias y los tormentos de una mujer antes y después del parto. ¿En qué se me parece como para emocionarme? Y, sin embargo, se me parecía… esa es la magia.

Alauda Ruiz de Azúa es de Baracaldo, como Nicolás Redondo, Carlos Sobera, Javier Clemente y Juan Manuel de Prada. Es y se nota. Y como todo lo que alcanza a ser universal tiene el polvo de la tierra en los labios. Quizá también por eso, por la natura, por lo que mira y lo que ve, se me parece o creo yo que se me parece. ¿Quién es Ruiz de Azúa? Al menos para quienes pagamos en taquilla, es, fundamentalmente, su obra.

‘Cinco lobitos’ se estrenó en 2022; ahora, en 2025, se ha estrenado ‘Los Domingos’. Otra película casi tan emotiva y casi tan deslumbrante como aquella ópera prima... y con la corona de tocar un tema espinoso. Ya no es una casualidad, ya no es un blanco por chiripa. Alauda Ruiz de Azúa, naciera donde naciera, es, sin duda, con o sin premios, una de los mejores directores del cine español, si no el mejor (aunque esto de los ordinales sea más propio del deporte que del arte). Y ya que se me cruza el charco, lo piso: al menos a mí no se me ocurre otro mejor. Dicho queda.

‘Los Domingos’ emociona, que es lo más. Sin enredos, sin efectos especiales… Emociona y más. Mucho más. Interroga, que es la emoción más profunda. La película te dura días por dentro. Salvo que te hayas dormido no creo que sea posible salir del cine sin preguntarte dónde estás tú ante el conflicto que genera una vocación religiosa firme y desatada en una familia como pudiera ser la tuya o la mía. ¿Dónde? ¿En qué se me parece? ¿En qué me parezco? Inevitable.

El cine de Alauda, al menos ‘Cinco lobitos’ y ‘Los Domingos -que ‘Querer’ no la he visto, que las series no las veo-, se funda en dos pilares. El primero, el qué: la exaltación de la intimidad, el protagonismo absoluto del conflicto interior, la irrenunciable búsqueda en las tripas de cada cual; sin mermeladas, sin estridencias. El segundo, el cómo: la sutilidad. Cierta levedad en la cámara y en el guion; Alauda, además de la directora es la guionista. Una levedad que se funda en no tomar partido. En preguntar sin responder. En toneladas de respeto. Me han preguntado de qué pie cojea Alauda. Si cojea ha conseguido que no se note. ‘Los Domingos’ gusta por igual a católicos y ateos, a creyentes y no creyentes. A nadie ofende, a nadie ridiculiza. Un guion así, en los tiempos que corren, tan alejado de la narrativa al uso, es casi un milagro. Un guion quizá templado, sin duda templado, pero siempre luminoso, siempre rimado. ¿Lo demás? Lo demás se os dará por añadidura. Los actores cumplen con más o menos cara de palo. La composición de imágenes pasa sin darnos disgustos; alguna escena -ay esa escena final- es magnífica. La banda sonora está bien traída. Sin más. Y sin más el guiso está sabroso. Alauda, tocada por un don divino que solo alcanza a los elegidos, ha firmado una película tan personal, tan universal, como soberbia. Me recuerda a Garci.

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