La gran fiesta escolar navideña

Ochocientos niños entrelazados por los valores de la convivencia y la solidaridad. La estampa pudo verse esta semana en Almendralejo. Escolares de todos los colegios de la ciudad participaron en la II San Silvestre para alumnos organizada por Montero de Espinosa. El año pasado ya fue un éxito, pero faltaba conocer si esta iniciativa tendría tirón este año también. Y el resultado fue espectacular. Gran participación unida a la colaboración de distintos grupos y asociaciones, así como la entrega de numerosos padres y madres. Puede decirse que se está convirtiendo en la gran fiesta escolar de la Navidad.

El evento no es una simple carrera popular. Juan Luis Ortiz, director del colegio Montero de Espinosa, deja muy claro un concepto: "Buscamos la solidaridad y convivencia entre los niños. Que compartan actividades de forma lúdica y que sepan tratar a los de su edad de la misma manera", detalla. El precio por disfrutar es el de ser solidario con los demás. Cada alumno depositó un kilogramo de comida que fue destinado a Cáritas y Cruz Roja, entidades que se encargarán de su reparto entre las familias más necesitadas. Este año, la San Silvestre también contó con la participación de los alumnos del centro especial San Marcos de Aprosuba-2.

Víctor Soto encendió la música y el Zumba cautivó a alumnos, monitores, padres y profesores con un macrobaile. Después vinieron las carreras que cuentan con una singularidad importante: se disputan por parejas. Corrieron por categorías y ni el frío pudo con ellos. Alumnos universitarios de Santa Ana o la tienda Piñero Bike también colaboraron para la organización de juegos populares y actividades deportivas. No faltaron los trofeos y las medallas, el desayuno conjunto y el buen ambiente. Los ganadores no importaron. Venció la capacidad de reunir a casi ochocientos niños por la misma causa. Eso y el millar de alimentos recaudados que hará felices a quienes más lo necesitan.