Almendralejo

El proyecto de regadío en Tierra de Barros, en el tejado de Europa

Las obras no podrán comenzar si no hay veredicto medioambiental favorable por parte de Bruselas

José María Sánchez Cordero, en el centro, en la Mesa de Regadío celebrada en Agroexpo.

José María Sánchez Cordero, en el centro, en la Mesa de Regadío celebrada en Agroexpo. / EP

El proyecto de regadío en Tierra de Barros vive sus momentos más difíciles desde que se pusiera en marcha hace más de una década. Cuando todo parecía que las obras podrían comenzar en esta próxima primavera, después de un sinfín de reuniones, acuerdos, documentos, convenios y presentaciones, la advertencia de la Comisión Europea que ya hizo a la Junta de Extremadura en 2021 de disponer de todos los detalles medioambientales en regla, puede tumbar el plan más ambicioso de la historia de la comarca.

José María Sánchez Cordero, director general de Infraestructuras Rurales de la Junta de Extremadura, ha dejado claro que para contar con la financiación de fondos europeos para este proyecto se precisa una declaración ambiental favorable de la Unión Europea. “De la carta remitida por el comisario europeo de Agricultura se expone que todo queda condicionado. Si no hay visto bueno por parte de la Comisión Europea, difícilmente podría afrontarse con fondo propios. Y, además, también estaríamos infringiendo la normativa europea para nuevos regadíos. No se podría hacer”.

Sánchez Cordero volvió a criticar con dureza la gestión del expresidente Vara “destruyendo expedientes y documentación, algo que está castigado por el código penal, y firmando un convenio en 2022, a sabiendas que estaba pendiente un informe medioambiental por parte de Europa”.

“Es imposible empezar las obras y todas las actuaciones, como se refleja en la carta, sin tener el visto bueno de la Comisión Europea”, recuerda el director general.

Alternativas

Desde la Junta ya se piensa en algunas alternativas en el caso de que Europa no diera un informe favorable a las cuestiones relativas al proyecto de regadío en Tierra de Barros. Sánchez Cordero ha admitido que “el condicionante fundamental es la escasez de agua”. En este sentido, ha hablado de que “estamos sujetos al convenio de Albufeira”.

El proyecto de Tierra de Barros se nutre de presas como las de Alange o Villalba de los Barros “y el estado actual del embalse de Alange es mínimo. No podríamos regar porque la prioridad es el suministro de agua potable para la población”.

Una de las alternativas analizadas es poder autorizar un trasvase de agua del Tajo al Guadiana, algo para lo que se precisaría el visto bueno del Gobierno de España. “El agua está mal repartida. No es posible que la presa de Alqueva almacene casi el 50% del agua total de todas las presas de la cuenca del Guadiana, produciendo energía eléctrica con bombas de retorno y regando más de 110.000 hectáreas de regadío, y nosotros aquí no podamos regar”.

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