Almendralejo

“Nunca hay que juzgar a un libro por su portada, sino conocerlo

Las reflexiones de Pablo del Árbol, un joven autista de 20 años que cuenta su historia en Almendralejo

Pablo del Árbol, en el centro, contando su historia en un programa de radio

Pablo del Árbol, en el centro, contando su historia en un programa de radio / EP

Pablo del Árbol tiene 20 años y es natural de Almendralejo. Es autista. Lo reconoce con absoluta normalidad y se siente bien en su forma de pensar y de vivir. Su camino, como el de cualquier autista, no ha sido sencillo, pero su actitud ha sido encomiable para afrontar este trastorno de desarrollo neurológico que afecta a la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Su familia ha sido clave, pero también la ayuda de muchos profesionales que han estado a su lado como es el caso de Ana Cidoncha.

“Me siento muy orgullosa de Pablo. De cómo ha ido afrontando su día a día. De cómo ha trabajado. Me encanta estar dentro de su vida porque también he aprendido mucho con él”, reconocía Ana.

Es una reflexión compartida en un programa de radio realizado por el colegio especial San Marcos, de Includes Almendralejo, con la colaboración del Centro de Profesores y Recursos de la localidad para conmemorar el día mundial del autismo, que fue el pasado 2 de abril.

Pablo ha estudiado en el colegio José de Espronceda para pasar después al instituto Carolina Coronado. Le encanta aprender inglés, jugar con su ordenador y asume que a su hermano le gusta salir mucho más y a él le apetece quedarse más en casa. “Un autista es una persona que piensa de otra manera pero, al fin y al cabo, todos somos diferentes”, dice con normalidad.

En este programa de radio conducido por Victoria, profesional de Includes Almendralejo, Pablo dejó una bonita reflexión: “nunca hay que juzgar a un libro por su portada, sino conocerlo. Hay que intentar conocer a esa persona para darle siempre una oportunidad de que pueda ser tu amigo. Sólo así podrás saber que le has dado una oportunidad a alguien que la estaba buscando. Yo he conocido a mucha gente autista y ha sido emocionante. Conocerles me ha dado el abrazo que necesitaba para sentirme también parte de ellos”.

Confiesa que la gente autista “tiene que trabajar más porque le falta la capacidad de expresarse y de entender mejor algunas cosas”, aunque para ello están los profesionales.

María José y Lorena son madres de María y Miguel, respectivamente, niños que son autistas. Confiesan que los inicios son duros y que, al comienzo, estuvieron desamparados porque “falta ese acompañamiento inicial que te abra las alternativas que hay ante un niño autista”. Sin embargo, han logrado normalizar las situaciones de sus hijos y tratan de darle visibilidad al trastorno para que la sociedad pueda tener una mejor comprensión sobre las personas autistas. Includes Almendralejo, que trabaja con este tipo de niños, hizo este programa con ese mismo objetivo.

Suscríbete para seguir leyendo