Hablarán con líderes rumanos para atajar problemas de convivencia

El alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, y el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, han mantenido una reunión de trabajo en Badajoz con el Cónsul General de Rumanía en Sevilla, Cosmin Mitrea, donde se han tratado varios temas, aunque específicamente se ha hablado del problema general de convivencia que tiene la localidad de Almendralejo con buena parte de la población de origen rumano, especialmente con aquellos inmigrantes que viven en la localidad de forma temporal. 

Almendralejo cuenta a día de hoy con una población de 2.148 ciudadanos rumanos censados, lo que supone la población más grande de rumanos en Extremadura. De esa cifra, algo más de 600 son menores de edad. Históricamente son conocidos los problemas de convivencia que han existido en la ciudad con muchos de estos vecinos temporeros. El alcalde Ramírez ha anunciado que el Cónsul General de Rumanía en Sevilla se ha comprometido a visitar en las próximas semanas Almendralejo para tener diversas reuniones. Una de ellas será con los técnicos del Programa Inmigrante, que trabajan para desarrollar actividades que fomenten la convivencia e integración de estos ciudadanos en la localidad. Y otra, tal vez de mayor importancia, con líderes de la población rumana que está en Almendralejo. En ese encuentro, el cónsul tratará de hacerles entender las diversas normas de convivencia que hay en la ciudad, las quejas continuas que hay de vecinos autóctonos, así como las formas de vida a las que estos ciudadanos deben adaptarse para disponer de una buena convivencia. «Creo que es un encuentro positivo para proporcionar soluciones y alternativas y, sobre todo, para corregir estas prácticas incívicas» ha comentado Ramírez. 

En la reunión también han estado presentes representantes de la Policía Nacional. Según ha explicado el alcalde, a instancias de la Policía Nacional, la población rumana que convive en Almendralejo no es conflictiva a nivel de delitos «donde la incidencia es mínima. Hay algunos casos de hurtos u ocupaciones, pero no son los principales problemas». Donde reside el verdadero problema es en el respeto de las normas de convivencia y ordenanzas municipales tales como beber y comer en la calle, dejar restos de comidas en lugares públicos o no respetar normas de limpieza. 

«Hay una población rumana muy asentada e integrada a nivel social y laboral que hay que respetar. Aclarar que, por tanto, no son todos los rumanos, sino más bien los que vienen para algunas temporadas» remarca el alcalde.