Vecinos de la calle Mérida urgen al consistorio que asuma y arregle las zonas comunes

El 12 de diciembre del 2013, Isabel Angela Fernández declaraba: "Hoy es el día más feliz de mi vida". A algunos podría parecerles una reacción exagerada. Para ella no lo era. Con esta frase expresaba su satisfacción por el hecho de que, por fin, las máquinas del ayuntamiento hubiesen entrado en las calles de sus bloques para asfaltarlas. Para ella y para su marido, Julián Ortega, era un logro tras muchos años de lucha reclamando que el consistorio asumiese las zonas comunes de los bloques de pisos que ocuparon hace 38 años, en el rincón comprendido entre la avenida Augusto Vázquez y la calle Mérida, en la barriada de San Fernando.

Pero en estos trabajos iniciales se quedó todo. Al asfaltado con fondos sobrantes del remanente se sumó la construcción de cuatro rampas, pero los acerados siguieron deteriorándose y las zonas verdes abandonadas, siendo pasto de los jaramagos donde los roedores pastan a sus anchas. A esta situación añaden ahora el problema de las palmeras, pues de las 10 que tienen en los jardines, aseguran que 4 están infectadas con el picudo rojo y los han conminado a cortarlas y enterrarlas, una operación que estos vecinos no pueden asumir. "El barrio ha envejecido como nosotros", dicen, sin resignarse.

El tiempo pasa pero no se dan por vencidos y ayer, de nuevo, un grupo de afectados, encabezados por Julián Ortega, comparecieron ante la prensa para urgir al ayuntamiento que asuma estos espacios comunes y los arregle. Lo hicieron acompañados del portavoz municipal socialista, Ricardo Cabezas, quien señaló que estos bloques de pisos son "el garbanzo negro" del barrio, reclamó al gobierno municipal el "adecentamiento" de la zona tras muchas "promesas incumplidas y mentiras", al tiempo que lamentó que la Asociación de Vecinos de San Fernando no se haya hecho eco de esta situación y pidió que se sume a las reivindicaciones.

La zona de conflicto es el espacio que rodea 6 bloques de cuatro plantas, habitados por unos 450 vecinos. Ayer decían que este invierno han fallecido seis, que ya no verán sus aceras adecentadas. En mayo del 2013 expresaron sus quejas en el pleno de la corporación municipal y acudieron al Defensor del Pueblo. Tras conseguir que todos los vecinos se pusiesen de acuerdo para ceder estos terrenos, de propiedad privada pero uso público, al ayuntamiento, consiguieron el compromiso de que el consistorio se haría cargo. Aseguran que el consistorio ya tiene en su poder todas las escrituras, pero aún no ha recepcionado estos espacios. "Tienen toda la documentación pero no empieza la obra", se lamentaba Ortega.

RESPUESTA Según los vecinos, en enero debían haber comenzado las obras. Ayer, el concejal de Infraestructuras, Jesús Coslado, confirmó a este diario que "la decisión política está tomada" y que el ayuntamiento se hará cargo de estos espacios, pero los técnicos están buscando "la envoltura jurídica" para que la cesión sea posible, ya que el coste de mantenimiento no puede ser superior al valor de los terrenos. Además, Coslado manifestó que se requiere una modificación puntual del Plan General Municipal. En todo caso, quiso dejar claro que no es un tema del que se haya olvidado pues, de hecho, la semana pasada mantuvo la última reunión con los técnicos para abordarlo.