Los raíles del antiguo tranvía que han aparecido al levantar el asfalto de la plaza de Reyes Católicos se conservarán. Así lo ha confirmado el concejal de Vías y Obras, Carlos Urueña, que ha señalado que las vías de hierro quedarán incrustadas en el empedrado de la plataforma única de la plaza y además se aprovecharán los adoquines originales de la misma época que se han podido recuperar.

Desde que salieron a la luz los raíles con la obra de entorno de Puerta Palmas, numerosos colectivos y ciudadanos habían manifestado su interés por que se conservaran. Hay que recordar que la presencia en la superficie de estas estructuras es relativamente reciente, pues aunque datan de finales del siglo XIX (1892) y estuvieron en uso poco más de dos décadas, permanecieron a la vista casi un siglo, ya que fue en 1981 cuando se ocultaron bajo una capa de asfalto.

Urueña explica que finalmente se ha modificado un poco la pendiente de la glorieta para que puedan permanecer en su sitio los raíles y que no tengan que moverse. «Los vamos a dejar embebidos en los adoquines que pongamos nuevos y entre medias seguramente pongamos los antiguos, para dejarlo como una prueba de lo que fue esta plaza hace cien años», relata el concejal. Según explica el responsable de Vías y Obras, se han salvado «algunos», que pueden ser «suficientes» para colocarlos en el hueco de los propios raíles. La Policía Local no ha puesto inconvenientes y Urueña aduce que raíles de tranvías hay en muchas ciudades sin que supongan ningún obstáculo para la circulación rodada, pero tienen que juntarlos de tal forma que no haya ranuras en las que pudieran introducirse las ruedas de bicicletas o de motos, porque para los coches no serán ningún problema.

La decisión de conservar los raíles no supone modificar el proyecto ni conlleva más presupuesto, según Urueña.

La previsión es que esta obra concluya antes de que acabe el año. Puede que en dos meses no se termine al cien por cien y queden algunos remates por concluir, pero si se podrá abrir completamente al tráfico. Urueña apunta que tienen de plazo hasta febrero para concluir las obras, aunque querría que al menos la rotonda estuviese finalizada antes de acabar el año. Hay que tener en cuenta que detrás de puerta de Palmas se amplían la acera y las zonas verdes hasta el espacio por el que ahora circulan los vehículos. El concejal calcula que al menos se puede circular por la glorieta aunque continúen las obras en este entorno y en el situado detrás de la parada de autobús que se usaba como aparcamiento en batería.