Los eurofans pacenses tienen distintas opciones para disfrutar la gran final en directo

De Badajoz a Liverpool por ‘la Blanca Paloma’

Valeriano y Jesús viajan a Inglaterra para apoyar a la representante española en Eurovision

Jesús posa con Chanel en su eurovisivo escaparate.

Jesús posa con Chanel en su eurovisivo escaparate. / S. GARCIA

Irene Rangel

Irene Rangel

«Eurovisión lo ha levantado el colectivo LGBTI. Antes no se lo tomaba nadie en serio, ahora es un auténtico fenómeno», afirma Jesús Marín. Él y su pareja, Valeriano Llera, están ultimando los detalles de su viaje a Liverpool: un año más acudirán a la cita eurovisiva para apoyar a Blanca Paloma, la representante española. «Es la única vez del año en la que sacamos la bandera de España y la lucimos con orgullo. ¡Hasta nos pintamos la cara!», dice. 

Ellos son los propietarios de la tienda de moda ‘La Mamarracha Vintage’, famosa en la ciudad por reflejar la actualidad en sus escaparates. En la memoria de todos está el maniquí al que colocaron dos chaquetas, una naranja y otra azul, el pasado Carnaval. Ahora todo el que pasa por la plaza de la Soledad puede ver a Chanel, la candidata eurovisiva de 2022, agitando una bandera desde la cristalera de su establecimiento. «¡Cómo no ibamos a tenerla aquí, si fue un pelotazo!». 

La pasión de ambos por esta cita musical es incontestable: estuvieron en Lisboa en 2018, Turín en 2022 y en unas horas pisarán suelo inglés para disfrutar de la edición 2023. «Organizamos el año en torno a esto. Son nuestras vacaciones», afirman. Jesús y Valeriano viajan con amigos con los que comparten su pasión por el festival.

¿Cuánto cuesta ir a Eurovision?

«Ahora todo es un negocio. Se venden entradas para las dos semifinales, para los ensayos y para la final». Ellos las han comprado para el ensayo general del viernes. Han pagado 100 euros por cada uno de los tickets. «Los precios de la final son imposibles, pero la veremos en el Eurovillage, una zona habilitada para todos los fans que estamos en la ciudad durante esos días». Los vuelos los compraron con antelación, así que no han superado los 200 euros entre los dos «y hemos tenido suerte con el alojamiento porque tenemos un amigo que vive en Manchester, así que nos quedaremos con él». 

Jesús afirma que el ambiente es maravilloso y que merece la pena ir «aunque sea una vez en la vida», pero está seguro de que si España ganara, celebraría la mejor edición del festival hasta la fecha. «Es por nuestro carácter. El año que estuvimos en Lisboa lo pasamos fenomenal y había un buen rollo maravilloso, y es por la forma de ser de los que somos 'más del sur'», afirma.

El fenómeno se vive en Badajoz

Las opciones para los eurofans que se quedan en Badajoz son variadas. Este año, como ya es tradición, salas de cine de la ciudad emitirán la gala en directo. Los que estuvieron allí el año pasado aseguran que vivirlo juntos fue «una auténtica fantasía, sobre todo en el momento de las votaciones, porque se desató un poco de locura colectiva».

También el Bar Ku, ubicado en el centro de la ciudad, ha organizado una fiesta alrededor del festival. «Es el cuarto año que lo hacemos, la misma edad que tiene el local. Vemos la final con nuestros clientes y les invitamos a un picoteo», explican Antonio Castillo y José Luis Broncano, propietarios del establecimiento que el año pasado reunió a casi un centenar de seguidores de la cita eurovisiva. «Aunque es verdad que el año pasado había pasión por Chanel y su 'Slomo', movió a mucha gente. ¡A ver qué tal este año con 'Eaea'!», dicen entre risas.

En Liverpool o en Badajoz, este sábado todos gritarán ‘¡vamos allá, la Blanca Paloma!’.