«somos una pequeña familia alrededor de este deporte»

Los pequeños ‘Rocky’ entrenan en la calle

El gimnasio de Kemba, en Badajoz, forma a las promesas del boxeo

Su alumno más joven se pone los guantes con 4 años

Los alumnos entrenando en la calle.

Los alumnos entrenando en la calle. / Andrés Rodriguez

Irene Rangel

Irene Rangel

Hay un punto de solemnidad en las instalaciones de este gimnasio cuando, con delicadeza, Kemba le pone a sus alumnos las vendas para comenzar el entrenamiento. Es casi un ritual para los pequeños alumnos de este boxeador.

Hace casi cuatro años que Kemba abrió este local en Valdepasillas. Tiene un nutrido grupo de alumnos de todas las edades - entre ellos el torero Miguel Ángel Perera, que le ensalza cada vez que puede en sus redes sociales -, pero ha conseguido formar una sólida cantera del boxeo con más de 60 alumnos de entre 4 y 18 años. La pasión de los jóvenes por este deporte es tal que, una vez terminado el curso escolar, continúan asistiendo a entrenamientos en pleno verano: han cambiado su horario de las tardes a las mañanas para evitar el calor y, además, algunos días entrenan en la calle. «Somos una pequeña familia alrededor de este deporte», explica Kemba. Son muchas horas juntos, dicen. 

Kemba y sus alumnos durante un entrenamiento en las instalaciones.

Kemba y sus alumnos durante un entrenamiento en las instalaciones. / Andrés Rodriguez

Muchos padres están presentes durante las clases. Algunos han caído y también se han apuntado. Otros simplemente van a ver los entrenamientos. «Apunté a mi hijo para que hiciera algo de deporte y estoy muy satisfecha. Vivimos en San Fernando y venimos todos los días porque es le aporta muchísimo tanto física como emocionalmente», dice Fátima, la madre de Fabio, un alumno de siete años. «Es un deporte ideal para niños y para adultos porque enseña disciplina y ayuda a desarrollar el cuerpo», afirma el entrenador.

Jairo y Adrián tienen 16 y 18 años. Uno estudia un grado de mecánica y el otro está en Bachillerato, quiere ser informático. «Esto exige una constancia brutal. Si un día no vienes, lo nota la cabeza y el cuerpo», dicen. Jairo se está preparando para participar en el campeonato de Extremadura, un torneo en el que tendrá que enfrentarse a sus propios compañeros ya que él no es el único con ese objetivo. «Tengo niños muy buenos que quieren pelear por ser algo en el boxeo», dice Kemba.

Ari tiene un don

Entre los alumnos de esta clase destaca Ari, la única niña. Tiene 9 años y lleva dos boxeando. «Aquí me desahogo y me divierto. No he podido competir aún porque tengo que esperar a los 14 pero ya he hecho una exhibición y me encanta».

Ari es una promesa del boxeo.

Ari es una promesa del boxeo. / Andrés Rodriguez

Ella quizá no es consciente del todo pero «lo suyo es un don», dice su profesor. Sus padres sí lo entienden, así que la niña va a las clases colectivas y también entrena individualmente con Kemba.

A Ari han venido a verla de la Selección Nacional de Boxeo. Su profesor lo tiene claro: «El futuro del boxeo está aquí». 

Algunos alumnos posan al terminar el entrenamiento.

Algunos alumnos posan al terminar el entrenamiento. / Andrés Rodriguez