auto del juzgado de lo mercantil número 1

Un juez perdona una deuda de más de 472.000 euros a un empresario de Badajoz

Tuvo que cerrar su negocio de años, que avaló con su patrimonio personal, tras una mala racha

"Con la Ley de Segunda oportunidad mi cliente ha ganado una nueva vida", valora su abogado

Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz.

Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

Belén Castaño Chaparro

Belén Castaño Chaparro

Creó su empresa a finales de los 70 y llegó a tener más de 60 empleados. Su negocio estaba consolidado y contaba con una buena cartera de clientes, pero no pudo aguantar la crisis económica y se vio abocado al cierre. Entró en concurso de acreedores, perdió su sociedad y se quedó con una cuantiosa deuda personal, que ha arrastrado durante años sin posibilidad de afrontar, hasta que recurrió a la Ley de la Segunda Oportunidad.

Ahora, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Badajoz ha condonado a este empresario pacense un descubierto de más de 472.000 euros a través de este mecanismo legal, que permite a autónomos y particulares cancelar total o parcialmente sus deudas y partir de cero. El empresario había contraído deudas con más de media docena de acreedores, entre entidades bancarias y proveedores.

Tras perder su empresa y bienes, subsistió a duras penas, pues cualquier ingreso declarado era embargado en parte. Hace poco más de un año encontró un puesto de trabajo y fue su empleador quien le habló de la Ley de Segunda Oportunidad y lo puso en contacto con Vicente Ortiz, del despacho Ortiz-Espejo Abogados de Badajoz, que ha llevado su caso. 

«Ha ganado una nueva vida. Ahora puede cobrar una nómina sin que se la embarguen, comprarse un coche o hacer frente a una hipoteca con su sueldo», destacó su letrado, quien reconoció que con el nivel de endeudamiento que el empresario había adquirido al ser avalista personal de su empresa, hubiera sido imposible que saliera a flote sin esta herramienta legal. Además, su situación no solo lo mantenía en una complicada situación financiera, sino que afectaban a su estado emocional y mental.

El procedimiento ha tardado un año en resolverse. La solicitud se presentó tras la reforma de la Ley de Segunda Oportunidad de septiembre de 2022, por lo que ha sido tramitada en el Juzgado de lo Mercantil. El empresario ha podido acogerse a este mecanismo porque cumplía los requisitos que se exige. 

Entre ellos, ha quedado acreditado que es deudor de «buena fe», es decir, que su endeudamiento fue fruto de coyunturas económicas u otras circunstancias, y no de un aprovechamiento ilícito. Tampoco pesaba sobre él sentencia firme por delitos contra la Seguridad Social, Hacienda, ni contra el derecho de los trabajadores, el patrimonio o de falsedad documental ni había sido sancionado por infracciones tributarias muy graves, otras dos de las condiciones.

«Sin la Ley de la Segunda Oportunidad, mi cliente no solo quedaba condenado de por vida, sino que sus hijos habrían heredado las deudas. Este procedimiento es una salida muy digna para este tipo de casos», valoró Vicente Ortiz., El número de personas que recurre a este mecanismo legal en España ha crecido hasta un 300% en el último año, según los datos del Consejo General del Poder Judicial.

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