Lotería de Navidad 2023

Un segundo y dos quintos premios sonríen a Badajoz

Un lotero de Valdelacalzada vendió anoche un décimo de El Gordo a su hermana

El segundo premio ha caído en la calle Guardia Civil.

El segundo premio ha caído en la calle Guardia Civil. / S. GARCIA

Irene Rangel

Irene Rangel

El Gordo más tardío de la historia del Sorteo de Navidad ha pasado de largo en Badajoz pero la mañana del 'Día de la Salud' pacense se ha nutrido de tres premios que han salido a cuentagotas, despacito, para mantener la emoción hasta el final.

Alrededor de las 10.30 horas de la mañana salía el quinto premio del 88979, que iba a parar a la calle La Jara, en la barriada de Antonio Domínguez. En su tienda de ultramarinos, que también funciona como administración, Juan Francisco Flores no podía disimular la alegría porque estaba seguro de que los 6.000 euros «se han quedado en el barrio». Los vecinos no paraban de felicitarle, muchos eran los que se acercaban hasta la puerta a mirar qué número había sido el afortunado con la esperanza de haber sido agraciados.

Felicidad en la administración de la calle La Jara.

Felicidad en la administración de la calle La Jara. / S. GARCIA

Apenas una hora después, a las 11.39 horas, la alegría se trasladaba a Valdepasillas. En la avenida Godofredo Ortega y Muñoz se encuentra el estanco de David González, que no lleva abierto ni un año. «¡Es nuestro primer año de lotería y mira, llegar y 'besar el santo'!», gritaba González, emocionado. Los clientes coincidían. «¡Vamos, David, vaya estreno!», le gritaban desde la puerta. El empresario afirmó alegrarse de haber vendido el 57421 por máquina «para que la gente vea que también toca, que es igual que el que compran en una administración», y aunque no sabe quién es el afortunado ganador de los 6.000 euros, espera haberle alegrado las fiestas a uno de sus clientes habituales. Nervioso, González pedía a los periodistas presentes en su local que si le podían «hacer una foto para que la vea mi madre, que todavía no se lo he dicho».

El 57421 tocó en la avenida Godofredo Ortega y Muñoz.

El 57421 tocó en la avenida Godofredo Ortega y Muñoz. / LA CRÓNICA

Pasadas las 13.00 horas cantaban los niños de San Ildefonso un segundo premio, el 58303. La administración número 10 en la calle Guardia Civil había vendido un décimo. «He dado el segundo, pero voy a dar también el Gordo, lo digo antes de que pase», se afanaba José Manuel Guijarro, su propietario, en dejar claro a los presentes. No pudo ser, pero no importó. Los clientes habituales y el cava inundaron la administración, aunque Guijarro afirmaba que estaba «casi seguro» de que el décimo se vendió en verano. «Cuando llevo muchos décimos de un mismo número o los vendo tarde, me acuerdo de ellos. Este no me suena, así que lo tuve que vender pronto, imagino que a alguien de fuera». Luis, cliente habitual de la administración autodenominado 'friki de los números', confesaba acordarse del décimo. «Tengo mucha memoria porque estoy un poco obsesionado con los números. Lo vi», decía. Él es de Valverde de Leganés y acude a la administración cada jueves y cada viernes, sin faltar. Hoy, con más motivo. «No tengo los 125.000 euros pero comparto la alegría de mi amigo», le decía a Guijarro entre abrazos. El lotero, bañado en cava, confesaba que «llevábamos muchos años sin dar nada. El año pasado dimos un cuarto y hoy, un segundo. Ya era hora».

Luis, cliente, y José Miguel, lotero, comparten su felicidad en la calle Guardia Civil.

Luis, cliente, y José Miguel, lotero, comparten su felicidad en la calle Guardia Civil. / S. GARCIA

Y aunque no ha pasado por Badajoz, el Gordo se ha dejado ver en localidades cercanas.

Fernando Macías vendió uno por máquina en Olivenza. «¡No sabemos a quién, pero qué felicidad!». En el restaurante Don Pepe de La Albuera vendieron anoche un décimo del 88008. «Creemos que sabemos a quién, fue a una familia que vino a cenar. ¡Tenemos la piel de gallina!», confesaba Miguel Campos.

La historia más curiosa la protagonizan Francisco Javier García y su hermana Mª Ángeles. El primero tiene una ferretería en Valdelacalzada. «Imagínate lo que es dar un premio así en un pueblo pequeño... ¿cómo te quedas si te digo que se lo vendí a mi hermana?», decía Francisco Javier, emocionado. Ella tiene la costumbre de, el día 21 por la noche, comprar el último décimo en el establecimiento de su hermano. «Fui y cogí el de la máquina. Pensé, ¡qué número más feo!... ¡Pues ahora me parece precioso», decía la agraciada a este diario. Se ha enterado del número volviendo del médico, lo escuchó por la radio. «Me puse muy nerviosa, la verdad». Ahora tiene el décimo custodiado y 400.000 euros más en su bolsillo. Los hermanos García van a tener la Navidad más feliz de todas.

Francisco Javier y Mª Ángeles García, de Valdelacalzada, en la puerta de la ferretería.

Francisco Javier y Mª Ángeles García, de Valdelacalzada, en la puerta de la ferretería. / LA CRÓNICA