Un año de trabajo de la hermandad

La Virgen que viajó en el tiempo

Nuestra Señora de las Lágrimas recupera las bambalinas y los enseres con los que procesionó en 1800

Se han llevado a cabo trabajos de recreación de los varales y el paso

Mamen Gutiérrez, con la imagen de 1800, ante la Virgen de las Lágrimas.

Mamen Gutiérrez, con la imagen de 1800, ante la Virgen de las Lágrimas. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

Irene Rangel

Irene Rangel

Hubo un tiempo, hace aproximadamente dos siglos, en el que la Dolorosa más antigua de la ciudad levantaba el fervor de los pacenses los Viernes Santos procesionando con un sencillo paso de palio montado sobre unas parihuelas. Debajo de un ‘techo’ estrellado y llevando su negro manto, la imagen conquistó a un fotógrafo hoy desconocido, que le tomó una imagen para la posteridad.

También el tiempo, que es caprichoso, hizo que Mamen Gutiérrez encontrara el retrato al llegar al cargo de hermana mayor de la Cofradía del Santo Entierro. «En realidad debe ser una foto de la foto original, pero a mí me llamó muchísimo la atención», explica. «Ya no pude parar y me puse a indagar»

La foto de 1800 que apareció en los archivos.

La foto de 1800 que apareció en los archivos. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

Entre los archivos aparecieron solicitudes que la propia hermandad a otros lugares de la diócesis. «Se pedían candelabros, velas y otros objetos para el montaje del paso del Viernes Santo. Ese fue el detonante, lo que hizo que empezara a tirar del hilo y a intentar encontrar lo que yo veía en la foto». 

Casi un año ha tardado Gutiérrez en poder dar con -casi- todos los elementos. Lo ha conseguido con ayuda del equipo de priostía de la cofradía, el grupo de camareras, la junta de gobierno, el grupo joven y algunos hermanos que se ofrecieron voluntarios. En total, cerca de 30 personas. «Ha sido una locura. Hemos descubierto, por ejemplo, que el ayuntamiento le hizo un regalo a la virgen en 1800: un manto y un palio de estrellas de plata y oro. El manto no ha llegado hasta nuestros días, las bambalinas sí, aunque sin la plata y el oro. Nos hemos dedicado a buscar en anticuarios piezas lo más fieles posibles a lo que veíamos en la foto». Encontradas y compradas en Sevilla, ya están cosidas en las bambalinas originales. 

Las nuevas estrellas cosidas en las bambalinas originales.

Las nuevas estrellas cosidas en las bambalinas originales. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

También originales son los candelabros. Estos se encontraban en la catedral, lugar del que salían cada Jueves Santo, junto a otros enseres, en dirección a San Agustín en forma de préstamo. «Hoy se han podido traer gracias al deán, que atendió nuestra solicitud. Estaban con luz eléctrica y se la quitamos para ponerle velas». 

El equipo ha reproducido en madera las columnas salomónicas que hacen las veces de varales. Fernando Sopa, hermano y ‘manitas’, fue el encargado. «Hemos tardado varias semanas pero estoy muy orgulloso». Carlos de la Cruz, miembro del grupo de priostía, confiesa que «cuando nos lo propuso Mamen nos pareció una idea estupenda pero nos echamos las manos a la cabeza. Ha sido un trabajo en equipo».

Parte del equipo que ha participado en la recuperación y el montaje.

Parte del equipo que ha participado en la recuperación y el montaje. / ANDRÉS RODRÍGUEZ

La hermana mayor confiesa la importancia que tiene para ella haber sacado adelante este proyecto que se ha lucido durante los días del Triduo a Nuestra Señora de las Lágrimas. «Este año hay elecciones y puede que deje el cargo. No me quería ir sin mi sueño cumplido». 

La idea es repetirlo cada año en los triduos, aunque la ilusión de la cofradía sería poder sacarla en una procesión extraordinaria. «A mí lo que me gusta es traer el pasado al presente de la mejor manera posible. Nosotros estamos acostumbrados a ver los pasos de otra forma pero así es como han salido siempre. Merece la pena que la gente conozca que procesionaba así: sobre una parihuela, con hombres vestidos de traje de chaqueta y con su manto, nada más. Así la vieron nuestros abuelos».