18 años de La Crónica de Badajoz | Emilio Vázquez Presidente de la Fundación CB

«Sueño con inundar de música todas las calles del Casco Antiguo»

Emilio Vázquez en la sede de la Fundación CB.

Emilio Vázquez en la sede de la Fundación CB. / SANTI GARCIA

Jonás Herrera

Jonás Herrera

Emilio Vázquez, (Badajoz, 1946) presidente de la Fundación CB, exdocente y exdirector de la residencia Hernán Cortés, es un hombre implicado en el ámbito cultural e intelectual de Badajoz. Uno de sus propósitos, como «nostálgico empedernido», es devolver parte de la vida que tuvo antaño el Casco Antiguo.

Es director de una de las fundaciones más importantes de Badajoz y de Extremadura, ¿cómo diría que es su trabajo? 

Pues muy agradable y, sobre todo, muy esperanzador. Cuando te ha gustado mucho la cultura el poder extenderla y que la gente la consuma con agrado es una gozada. He sido educador toda mi vida, me dedicaba a enseñar y, claro, el deporte que más me ha gustado siempre ha sido la cultura en general. 

Cumple nueve años como presidente de la Fundación CB, ¿cómo han sido este tiempo?

Cada vez más entusiasmante, cada vez soy más optimista. Ves a la gente que me acompaña y son muy positivos. Da gusto trabajar con ellos, cualquier cosa que se les propone están siempre en el barco. Para mí es muy fácil, porque la gente que está el patronato, el equipo y el director general son unos fuera de serie.

¿Cómo ha cambiado el panorama local en estos nueve años que lleva al frente de Fundación CB?

Creo que ha dado un salto cualitativo muy grande, lo único que ocurre es que no me puedo hacer corresponder este engrandecimiento cultural y social de la ciudad solo a nosotros, solo hemos colaborado. Creo que hoy el hombre será mejor que ayer y posiblemente un poquito menos bueno que mañana, pues la cultura es igual.

Tenían claro que su sede física debía estar en el Casco Antiguo…

Era uno de los retos prioritarios de la Fundación CB, vivir en el Casco. La viveza de la calle San Juan, la alegría que tenía esa calle de La Soledad son en gran parte el motor de nuestra fundación. El poso de la cultura auténtica de la ciudad, unido a la vida que había en esta zona, hace que para un nostálgico como yo implantarnos en el centro de Badajoz sea un reto. Un amigo mío dice que me voy a morir de un ataque de nostalgia pensando en el pasado de nuestra ciudad. 

¿Cómo avanza el proyecto de la nueva sede entre la plaza Alta y el Museo de la Ciudad?

Desde luego que la ciudad sepa que lo vamos a hacer. Lo que pasa es que van apareciendo otras prioridades. Ahora estamos inmersos en la creación de un centro muy importante de la documentación de la imagen. Queremos crear el centro de la imagen más importante de Badajoz, recogiendo toda la historia en imagen de la ciudad. Queremos digitalizarlo todo y poder ofrecerlo a los investigadores. Es muy probable que el edificio de la calle Montesinos se convierta en su sede. Trabajamos también para la nueva sede de la fundación entre la plaza de Santa María y la plaza Alta, es un proyecto, pero no tenemos fechas. Y, además, tenemos otro proyecto más importante ahora desde el punto de vista social. Queremos hacer una residencia para personas con discapacidad altamente dependientes. Dependen de sus padres y, en muchos casos, tienen más de 80 años. Estamos viendo sitios y es muy probable que lo primero que empecemos a hacer sea eso. 

Antes de llegar a la Fundación, dirigió durante años la residencia universitaria Hernán Cortés, ¿cómo fue aquella etapa profesional?

Debo decir que yo, con 20 y tantos años, hice la oposición de una de las instituciones más importantes que ha habido históricamente en la ciudad. Yo fui el último director de los hospicios provinciales. Se cambió y se creó una residencia universitaria y ha sido una residencia muy prestigiosa porque los muchachos que han estudiado ahí han sido los mejores estudiantes que ha habido en la Universidad de Extremadura.

En una entrevista para este medio en 2018 decía que la Fundación tenía que seguir 200 años más y abogaba por la sostenibilidad, ¿cuáles son los retos de futuro?

El poder afrontar la idea de ese centro residencial para las personas altamente dependientes. Tengo compañeros de carrera que tienen a sus hijos ahí, he vivido con ellos sus grandes preocupaciones, para mí creo que la Fundación no podía hacer otra cosa que darle tranquilidad y confianza a estos padres. Ahora ese es el reto pero se irán incluyendo otros, irán apareciendo cosas, y si somos cada vez mejores, si lo gestionamos cada vez mejor desde el punto de vista financiero, podremos hacer cosas más importantes. Principalmente, cosas que repercutan en los ciudadanos, para que vivan cada vez más cómodamente. Fuimos los primeros en devolver a la ciudad el cine de verano, ese tipo de cultura popular que puede costar muy poco pero que recupera tanta felicidad para tanta gente. Ahora estamos muy ilusionados también en la música. Estamos muy cerca de los conservatorios y creo que trataremos de hacer unos buenos consorcios con los distintos conservatorios y promocionar a los músicos. Fíjate lo bonito que sería llenar de música las calles del Casco Antiguo de Badajoz, pero música seria, sueño con ello. Si conseguimos que la gente venga a este barrio, ese día será el primer paso para que otro ponga un bar, mañana se ponga una confitería y al siguiente una fábrica de calcetines. 

Por último, un deseo para Badajoz.

Que venga gente imaginativa y sobre todo que no se nos vayan los buenos. Otro deseo es que el polo industrial de la plataforma logística empiece a desarrollarse y que si iba a venir una fábrica de baterías, no puede dejar de venir porque falta una infraestructura mínima. A mí me da mucha tristeza ver que una inversión que se ha hecho ahí como la de Amazon digan que se le está dando prioridad a otro sitio. Mi deseo es que se cumplan las promesas y los proyectos.

EL TEST PACENSE

Lugar preferido de Badajoz: El antiguo camino del Nevero, es la calle que sube desde la rotonda del Hotel Río, por la calle Luis Chamizo. Allí estaba la casa de mi familia, allí nos criamos los 12 hermanos.

Si Badajoz fuera un color... Azul oscuro, casi negro, porque tiende a ser azul celeste, pero su historia muchas veces la convirtió en negro.

Dónde desayunar en Badajoz: En el Venero.

Un sabor que sea característico de la ciudad: El del higo chumbo, hay que ser muy de Badajoz para saber qué es.

Un olor que le evoque siempre a Badajoz: El del jazmín de los jazmineros del patio de mi casa.

Un sonido particular de la ciudad: El de la campana del ayuntamiento y las campanas de la catedral.

Un recuerdo imborrable de su infancia en las calles pacenses: Las Tres Campanas, cuando vendían nacimientos y juguetes.