Recepción en el ayuntamiento

Valeria, una karateka de oro en Badajoz

Esta niña pacense de 9 años acaba de proclamarse campeona de España en la modalidad de kata por segundo año consecutivo

Valeria, con el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, en el ayuntamiento.

Valeria, con el alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, en el ayuntamiento. / AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Con tan solo 9 años, Valeria saca tiempo de donde los adultos no lo encontrarían para poder entrenar, además de salir al parque, jugar y hacer los deberes. El kárate es su pasión. Se le nota cuando habla de sus triunfos.

Enfundada en su karategi con cinturón azul, Valeria Rebollo Carvajal ha sido recibida este miércoles en el Ayuntamiento de Badajoz por su alcalde, Ignacio Gragera, la portavoz del equipo de gobierno municipal, Gema Cortés, y el concejal de Deportes, Juan Parejo, que la felicitaron por sus éxitos deportivos.

Valeria Rebollo, del club Osaka Badajoz, acaba de proclamarse campeona de España por segundo año consecutivo. El campeonato nacional se ha celebrado este fin de semana pasado en Guadalajara. Valeria practica kárate, en la modalidad de kata, desde que tenía 3 años. Entrena en casa y en el gimnasio de Alicia Muñoz. El domingo se enfrentó a otras karatecas de toda España y asegura que no esperaba ganar.

Buena alumna

Ella es consciente del tiempo que le dedica a entrenar y de que se lo toma muy en serio. Su padre es su entrenador y Valeria no solo destaca por sus habilidades en el tatami, pues esta niña de ojos sonrientes también es una alumna de medalla, a juzgar por las notas que obtiene en el colegio.

Valeria con su madre, el alcalde y otros dos concejales, en el ayuntamiento.

Valeria con su madre, el alcalde y otros dos concejales, en el ayuntamiento. / AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ

El kárate es el segundo arte marcial y el deporte de combate más practicado del mundo, después del taekwondo. Valera llevaba ayer atado un cinturón azul porque, según explicó, «en los campeonatos salimos dos personas, son enfrentamientos y una sale de rojo y otra de azul».

Por delante le quedan dos colores: el marrón y el negro. Su madre, que la acompañaba, explicó la guía de colores: del blanco al negro, «aunque dicen que el kárate nunca se aprende todo». Valeria es azul marrón y quiere seguir avanzando.

Lo que más le gusta a Valeria de la práctica de este arte marcial son «las competiciones y entrenar». Asegura que nunca sale escaldada. «Yo me pego, pero no me hago daño». Entrena todos los días, sea invierno o verano. También cuando tiene vacaciones. «Entreno primero y después me voy a la piscina».

Su familia y quienes la conocen destacan y admiran su fuerza de voluntad y su constancia. «Hay tiempo para todo», dice ella. Tanta dedicación y esfuerzo tienen su recompensa, a sabiendas que no le están regalando nada. Superarse es su mayor recompensa.