En misión de paz

Vuelven a Badajoz los últimos militares que han estado en Líbano durante seis meses

Este último grupo de la Brigada Extremadura XI estaba compuesto por 145 personas

El General Jefe Gómez Lera también regresó en esta rotación tras haber sido durante este despliegue el jefe de la Brigada Multinacional

Jonás Herrera

Jonás Herrera

Eran los últimos por regresar y a las 10.40 horas de este sábado atravesaban de nuevo las puertas de la Base General Menacho tras seis meses de misión de paz. 145 militares volvían a reencontrarse con sus compañeros y con sus familias en el cuartel.

El viaje comenzó sobre las 10.00 horas de este viernes, hora a la que estos profesionales del ejército se despedían de la Base Miguel de Cervantes en Marjayoun, una localidad al sur de Líbano, y se dirigían a la capital, Beirut. En la madrugada del viernes al sábado despegaba el avión que los traía hasta terreno español. A las 8.50 horas tomaba tierra en el aeropuerto de Badajoz y tras los controles pertinentes se montaban en los seis autobuses que los llevó hasta el cuartel de Bótoa.

Gracias y orgullo

El General Jefe Pablo Gómez Lera fue el primero en tomar la palabra, centró su discurso en dos palabras: gracias y orgullo. Agradeció a sus compañeros de misión y a sus familiares. Con el fin de estas operaciones en Oriente Medio, según Gómez Lera: "Atrás quedan muchas horas de espera e incertidumbre en el interior del búnker, atrás quedan medias verdades que os hemos ido contando para no preocuparos más de lo que ya estabais y familias, también quedan atrás vuestras horas de soledad, de incertidumbre, atrás quedan los vuelcos del corazón al ver las noticias algún día", decía el que durante estos meses ha sido el jefe de la Brigada Multinacional.

El Jefe de la División Castillejos, José Manuel Vivas, dirige unas palabras desde el atril, a la derecha el General Jefe Gómez Lera.

El Jefe de la División Castillejos, José Manuel Vivas, dirige unas palabras desde el atril, a la derecha el General Jefe Gómez Lera. / Jota Granado

Además, el General Jefe, se mostró muy satisfecho de sus compañeros de filas "siento mucho orgullo por ellos, por todo el trabajo que han desarrollado, por el apoyo que han mostrado, sin ellos no hubiera sido posible", concluía.

En el acto también estuvo presente José Manuel Vivas, General Jefe de la División Castillejos, en la que se encuentra incluida la Brigada Extremadura XI. Vivas destacó que con la presencia de las tropas extremeñas "habéis ayudado a evitar que el conflicto haya ido a más durante estos meses". "Habéis cumplido la misión como los mejores", aseveraba el General Jefe. Esta ha sido la sexta vez que la Brigada Extremadura XI participan en una misión de paz en Líbano y Vivas anunció que volverán a desplegarse en esa misma zona, "no será la última", apuntaba sin fechar ese nuevo cometido.

¡Sí, quiero!

Tras estas palabras llegaba el momento más esperado por militares y familiares: el reencuentro. Seis meses más tarde volvían a sentir el calor de un abrazo, el beso de una madre o el cariño de un hijo. Los 145 profesionales del Ejército de Tierra corrieron a buscar a sus familias entre los más de 600 asistentes.

Pocos segundos tardó Marcos López Asenjo (Madrid, 1996) en encontrar a su novia María Esperanza Arenas (Sevilla, 1993). Sus ansias por encontrar a su novia eran especiales, tenía algo que decirle, algo que preguntarle: "¿Te quieres casar conmigo?". Esas palabras sonaron por encima del bullicio de alrededor para Arenas, que contestó con un "¡Sí, quiero!" rotundo. Ella no se esperaba esta pedida de matrimonio, "y menos delante de tanta gente, me ha encantado", reconocía.

Marcos López Asenjo coloca el anillo de pedida a su novia María Esperanza Arenas.

Marcos López Asenjo coloca el anillo de pedida a su novia María Esperanza Arenas. / Jota Granado

López Asenjo lo decidió estando a más de 4.000 kilómetros de distancia: "Cuando el día era más oscuro, ella me ha dado luz, tenía claro que es ella con quien quiero compartir el resto de mi vida", confesaba con la voz entrecortada por la emoción. Arenas ha llevado regular estos meses de separación, pero sintiendo mucho orgullo por lo que ha hecho su futuro esposo. "Me han ayudado mucho sus compañeros", decía la prometida, "le he hecho algunas sorpresas" para que este tiempo fuera más llevadero.

Hoy conozco a mi sobrino

Andrés Pérez Barril también quería encontrar a los suyos con una emoción algo más especial que para otros, después de seis meses conocía a su sobrino: "Ha sido muy emocionante", atinó a decir emocionado. Se perdió el nacimiento de su sobrino porque nació tres días después de que él partiera hacia Líbano, pero no es lo único que dejó de festejar, también su cumpleaños lo pasó allí. Esta es su tercera misión y según su madre, Feliciana, "nunca te haces a la misión, unas veces se ríe, otras veces se llora, pero nunca te acostumbras".

Andrés Pérez Barril con su sobrino en brazos, a su izquierda, su madre Feliciana.

Andrés Pérez Barril con su sobrino en brazos, a la izquierda, su madre Feliciana. / Jota Granado

Con esas palabras, Feliciana, representa a la mayoría de las madres que durante estos últimos días han recibido a los más de 350 militares que han retornado a Extremadura tras estos meses de misión de paz en una zona especialmente sensible. Ella y el resto de madres han respirado tranquila y han dicho: "¡Ya están en casa!".