El 1 de mayo como culminación del Año de la Fe

Cientos de romeros acompañan a la Virgen de Gracia en el Campo Oliva

La finca comunal acogió una eucaristía concelebrada y una comida de convivencia

La imagen de la Virgen de Gracia portada en un carro tirado por dos mulas, en la bajada de su santurario.

La imagen de la Virgen de Gracia portada en un carro tirado por dos mulas, en la bajada de su santurario. / A. M. R.

Ascensión Martínez Romasanta

Ascensión Martínez Romasanta

Ni el molesto aire frío ni la lluvia intermitente ni los nubarrones amenazantes desanimaron este miércoles, 1 de mayo, a cientos de oliveros que acompañaron a la Virgen de Gracia desde su santuario hasta el Campo Oliva, la finca comunal. Más de 6 kilómetros de recorrido.

Esta romería, que por primera vez celebran los oliveros, era el culmen del Año de la Fe, que se celebró durante cinco años desde 2013 y quedó interrumpido por la pandemia. Durante estos años la Virgen de Gracia recorrió las calles de la localidad, engalanadas para recibir a su patrona y se celebraron eucaristías al aire libre. El párroco en aquel momento, Manuel Calvino, ya fallecido, quería culminar esta celebración con una eucaristía en Campo Oliva. Ayer fue posible.

Asistentes a la misa entre las encinas del Campo Oliva.

Asistentes a la misa entre las encinas del Campo Oliva. / Parroquia de San Marcos Evangelista.

El camino partió pasadas las diez de la mañana desde el santuario, donde aguardaban a la imagen sus devotos con sus pañuelos azules y sombreros rotulados para la ocasión. Siguiendo la carretera de Valencia del Mombuey por el margen derecho, escoltados por la Policía Local, la Guardia Civil y los Bomberos Voluntarios y Protección Civil, los romeros (a pie, en caballos y en carretas) entraron en la finca comunal, donde ya estaba preparado el escenario para la eucaristía, sillas y mesas para la comida de convivencia.

La Virgen de Gracia enmarcada en la trueca de una encina.

La Virgen de Gracia enmarcada en la trueca de una encina. / Gabriel Matos.

La misa fue concelebrada por varios sacerdotes con vinculación a Oliva, además de tres seminaristas jóvenes, y presidida por el párroco, José Ignacio López-Navarrete.

Preparada con empeño, en la celebración intervinieron descendientes de quienes hicieron sus vidas en esta finca comunal. Oliva de la Frontera llegó a tener más de 13.000 habitantes, de los que la mitad vivían en Campo Oliva, desde donde miraban en dirección a la ermita de la Virgen de Gracia para pedir por sus cosechas y por sus hijos, recordó el presidente de la Hermandad de la Nuestra Señora Virgen de Gracia, Luis Avellí.

Sacerdotes y seminaristas.

Sacerdotes y seminaristas. / Parroquia de San Marcos Evangelista.

Al finalizar la eucaristía, los oliveros que habían caminado hasta la finca, a los que se unieron otros en vehículos que querían asistir a la misa, se reunieron en torno a las mesas y bajo las encinas para celebrar la romería.

Regreso por el camino del Molinillo.

Regreso por el camino del Molinillo. / A. M. R.

De nuevo a las cinco de la tarde, la Virgen, subida a un carro tirado por dos mulas y adornada con un arco tupido de claveles blancos, regresó al pueblo, esta vez campo a través, por el camino del Molinillo. Al entrar en la localidad, la esperaban numerosos vecinos. La imagen procesionó hasta el paseo de las Palmeras y se detuvo delante del convento de las hermanas de la Cruz, que la recibieron con cánticos y pétalos de rosas desde su ventana de clausura.

Para ante el convento de las hermanas de la Cruz, que lanzaron pétalos de rosas a la imagen.

Para ante el convento de las hermanas de la Cruz, que lanzaron pétalos de rosas a la imagen. / A. M. R.

Siguió su camino con parada ante la parroquia de San Marcos y continuó acompañada por decenas de devotos de vuelta a su santuario.