Segunda Federación

Las cuentas no salen para un final feliz

Badajoz, Llerenense y Villanovense siguen peleando por una permanencia muy cara

Toscano defiende un balón entre dos jugadores del Montijo.

Toscano defiende un balón entre dos jugadores del Montijo. / R.M.

De tanto jugar con fuego esta temporada, el fútbol extremeño está a punto de quemarse por completo. O de ser abrasado en Segunda Federación en el peor de los casos. Los aficionados llevan meses esperanzados con que sus equipos salieran poco a poco de la quema. Normalizaran la situación. Pero ya sólo quedan dos partidos del grupo V y la cosa pinta en bastos. 

Sólo el Cacereño respira aliviado en este tramo final de temporada gracias a su excelso partido ante el Atlético Paso que ahuyenta fantasmas del descenso. De hecho, el Cacereño está haciendo una notable segunda vuelta. Sería sexto contabilizando sólo la segunda parte del campeonato. Y esa es la posición que necesita ahora para jugar la Copa del Rey. El Talavera y el Unión Adarve parece que serán los rivales.

El Cacereño puede asaltar esa plaza el próximo fin de semana ganando en Illescas. El Talavera, que le saca un punto, visita el campo de un Numancia que se juega el título. Pude haber zarpazo. Por detrás el Unión Adarve, con golaveraje empatado, pero dos goles menos que el Cacereño en la diferencia global. Hasta los goles van a marcar diferencias. 

Lo mejor para el Cacereño es que afrontará muy liberado estos dos partidos. Y en ese contexto, la dinámica en alza de los Deco, Telles, Dieguito y compañía puede dar un premio gordo final al Cacereño, que ama la Copa. 

Todo lo demás es sufrimiento. El Villanovense parecía medio salvado con su triunfo en Guadalajara, pero todavía hay que cerrar la permanencia. Lo mejor es hacerlo el próximo domingo en casa ante el San Fernando, que llega muy tocado tras ver cómo se escapaban en los últimos cinco minutos de su partido ante el Navalcarnero casi todas sus opciones de permanencia. Hasta un punto le puede valer al Villanovense. Pero mejor ganar.

La lucha va a estar con Llerenense y Badajoz. Y las cuentas no cuadran mucho para que ambos se salven porque, además, se enfrentan en el último partido. Ninguno puede hacer seis puntos y eso condena al fútbol extremeño a un posible descenso. Y en el peor de los casos, a dos. 

El Llerenense tiene que recibir al Montijo ya descendido el próximo domingo. En Llerena están encolerizados con la Federación y los árbitros tras tres posibles penaltis no pitados en Segovia, especialmente el último en el minuto 86 que fue clamoroso. El propio club llegó a escribir en su perfil oficial de X que habían sufrido «el mayor atraco de la historia del fútbol» y añadió que ninguno de los tres colegiados «debería pitar más». Incidió en las suspicacias de que uno de los auxiliares fuera, además, residente en Segovia. 

El director deportivo, Jorge Mendoza, también escribió en caliente. Y el capitán, Mario Tomé, lo dijo claro:«nos hemos sentido hoy robados». 

El partido se saldó con la expulsión de Laerte y del ayudante de Luismi, Dani López. 

El Badajoz ganó. Vive y sobrevive, pero lo supedita todo a ganar el domingo al Sanse a domicilio (misión complicada) y el último partido en casa ante el Llerenense. Y puede, que ni ganando los dos partidos, tenga opciones, ya que si Ursaria y Navalcarnero suman puntos, especialmente en la última jornada, a los de Oliver ni les llegaría para salvarse. 

Va a hacer falta más que fútbol y goles para que algunos equipos extremeños sigan en esta categoría. Aquello de creer en la suerte va a ser un Padrenuestro diario para varios de ellos. Que Dios los coja confesados.